Posted: 04 Mar 2012 01:32 PM PST
La imagen que encabeza este artículo fue tomada ayer mismo en un lugar que guardo con especial cariño en mi corazoncito, ya que fue mi segunda casa durante más de diez años. Acudía prácticamente a diario, vi y viví la transformación de la zona.
De una calle estrecha que moría en un descampado donde los vehículos se amontonaban de forma desordenada, pasó a ser un amplio paseo donde da gusto caminar. La calle se prolongó a través del antiguo solar, ahora perfectamente re-ordenado como un aparcamiento asfaltado.
Aunque yo aún iba por allí cuando todo este proceso terminó, cuando fui ayer me pareció como si lo viera por primera vez. De alguna forma, en mi memoria seguía incrustada la imagen de antaño. En vez de aquél mar de coches aparcados en fila y contra-fila, lo que veían mis ojos era una calle perfectamente ordenada, con los vehículos aparcados en oblicuo a lado y lado de una calzada donde, ahora sí, había un carril para cada sentido.
Sin embargo, al ver la imagen que reproduce la foto de cabecera, tuve una extraña sensación. Vehículos aparcados en oblicuo a lado y lado… Si, pero la imagen era rara, por algún motivo.
De repente, lo comprendí. ¡Ninguno de los vehículos quedaba paralelo a las líneas del aparcamiento oblicuo! La mayoría estaban colocados prácticamente en perpendicular a la acera, como si de un vulgar aparcamiento en batería se tratara.
Haciendo retrospectiva con mi archivo mental de aparcamientos en oblicuo, me di cuenta de que es un hecho bastante recurrente en prácticamente todas las zonas de aparcamiento oblicuo.
Entonces, casi con ansiedad, miré mi propio coche. Efectivamente, estaba también aparcado prácticamente en perpendicular con la acera (aunque no tanto como los de la imagen), no guardaba el mismo ángulo que las líneas de aparcamiento.
Creo que, al aparcar, en ningún momento miré las líneas. Me fijé en los coches de ambos flancos para no estamparme contra ellos, y acabé con su misma orientación. Si ellos no seguían las líneas, es normal que yo tampoco. Supongo que a la mayoría le pasará lo mismo. Entonces, ¿por qué el primero, que no tiene más guía que las líneas, no aparcó según las líneas?
¿Por qué es tan difícil aparcar en oblicuo? No lo sé a ciencia cierta… si alguien me lo explica, le estaré eternamente agradecido.
Pensando sobre el tema, he formulado una pequeña hipótesis. Como siempre que uno piensa sin conocimientos y sin experimentar, seguramente estará equivocada, así que tomadla como lo que es, una ida de olla de una mente calenturienta.
Mi pseudoteoría distingue los casos en que el aparcamiento oblicuo tiene el mismo sentido que la marcha o el sentido contrario (como en la foto). A pelo o a contrapelo.
Si tiene el mismo sentido, uno entra de cara. Y, por lo tanto, ve las líneas y es más fácil seguirla. Por contra, uno tiene que salir marcha atrás, lo cual es bastante más peligroso.
Si el aparcamiento en oblicuo es a contra pelo, uno debe entrar de culo. En este caso, es mucho más difícil ver las líneas. Además, todos estamos muy enseñados y acostumbrados a aparcar en batería, todos los centros comerciales tienen aparcamientos así. Por lo tanto, no me extraña que, ante la dificultad de ver las líneas, acabemos aparcando como más acostumbrados estamos.
Eso sí, si entramos de culo, salimos de cara. Eso es algo realmente interesante, ya que tenemos mejor visión sobre la vía, así que la incorporación al tráfico será mucho más segura.
Está claro que, en ambos casos, tenemos que hacer una maniobra marcha atrás (con poca visibilidad) y una marcha adelante (con mejor campo de visión). A mi, personalmente, me parece que siempre es mejor hacer la maniobra con poca visibilidad cuando el resto de vehículos tienen mejor visión sobre nosotros, así se compensa nuestra ceguera parcial.
Por supuesto, el resto de vehículos tienen mejor visibilidad sobre nosotros cuando nos encontramos en medio de la calzada. Así que siempre será más seguro aparcar marcha atrás que desaparcar. Lógico, ¿no?
Por lo tanto, aunque la necesidad de aparcar hacia atrás nos hace tener peor visibilidad sobre las líneas y acabemos por estar menos en oblicuo de lo que deberíamos, por lo menos ganamos en seguridad, lo cual siempre está bien. Siempre.
Fuente: Revista Circula Seguro
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