"Posted: 13 Apr 2011 09:33 PM PDT
Con permiso de mis compañeros, yo sigo erre que erre con el tema de la seguridad vial en ciudad, que es una de esas cajas de Pandora que llevo a cuestas desde que tengo un mínimo uso de razón. Si el otro día decía yo que ya era hora que la DGT entrara en las ciudades, si es que finalmente lo hace, que esa es otra, hoy me dedico a esbozar propuestas concretas de acción en este sentido.
Sí, porque me llamó la atención un comentario que decía que con este problema “la DGT ni nadie, sabe, ni puede hacer nada”. Por principio, me parece un poco pesimista, e incluso estéril, considerar que la seguridad vial urbana no tiene arreglo, así que allá voy con algunas sugerencias hechas de buena fe, seguramente con más buena fe que buen conocimiento, pero por algo se empieza, ¿verdad?
El sentido de la vida
Para empezar, si la DGT asumiera de una vez por todas su papel como Dirección General de Tráfico, es decir, como un organismo que dirigiera de forma general todo lo relacionado con el tráfico del país, otro gallo nos cantara. Seguramente estas palabras serían rebatidas por cualquier cargo de la DGT si nos leyera, pero echando un vistazo a lo que sucede cada día en nuestras ciudades, cualquiera diría que el ámbito de aplicación del Reglamento General de la Circulación y demás leyes afines ha cambiado:
Los preceptos de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, los del presente Reglamento y los de las demás disposiciones que los desarrollen serán aplicables en todo el territorio nacional y obligarán a los titulares y usuarios de las vías y terrenos públicos aptos para la circulación, tanto urbanos como interurbanos, a los de las vías y terrenos que, sin tener tal aptitud, sean de uso común, y, en defecto de otras normas, a los de las vías y terrenos privados que sean utilizados por una colectividad indeterminada de usuarios.
Vamos, que la Ley igual rige en una amplísima carretera que en una lóbrega callejuela que en el parking de un hipermercado cualquiera. Y si eso es así, ¿por qué no se lleva a cabo un estrecho seguimiento de las actividades del tráfico que suceden en cada uno de esos lugares?
DGT, de cobradores del frac a educadores sociales
La tarea de una verdadera Dirección General de Tráfico es lo suficientemente compleja y ambiciosa como para que sus altos cargos no tengan que esconderse tras la imagen de cobradores del frac que se han ganado a pulso durante las últimas décadas. Lógicamente los desmanes se pueden castigar con una sanción, pero este castigo difícilmente puede compararse con los beneficios de una educación vial adecuada, una educación vial que hoy por hoy resulta poco menos que anecdótica.
“Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres“, dicen que decía Pitágoras entre triángulo y triángulo en un alarde de talante previsor. Y quizá tenía algo de razón. Obviamente siempre habrá quien nos salga un poco cateto, pero si hacemos caso de lo observado por Robert Rosenthal, las expectativas que pongamos en la gente pueden sorprendernos gratamente.
Al primero que diga que esto pondría en jaque una poderosa herramienta de recaudación, le advierto dos cosas. La primera es que lleva razón. La segunda, que la mejor recaudación es aquella que no hace falta recaudar. Si reducimos el número de infracciones reduciremos el número de siniestros y, consecuentemente, nos ahorraremos un buen pico cada año que ni lo recaudado cubre.
No olvidemos nunca que lo que se sanciona es, proporcionalmente, una minucia si tenemos en cuenta las patadas que se le dan al Reglamento día sí, día también, y que no todo lo que se sanciona se acaba cobrando al final del proceso.
De lo global a lo particular
Pero, ¿cómo estructurar todo esto? Voy a por un ejemplo práctico que cualquiera puede corroborar, y es que circulando por cualquier vía se puede apreciar que ahora mismo la seguridad vial no es un criterio a la hora de emplazar un establecimiento cuya clientela accede principalmente a bordo de un vehículo.
Todos conocemos centros comerciales cuyos accesos se saturan cada sábado y cuya saturación se extiende a las vías adyacentes. Todos hemos visto coches en cuádruple fila a la hora de la salida del colegio. Todos somos testigos de operaciones de carga y descarga que se asemejan a lo sucedido en Normandía aquel lejano día D a la hora H. Ejemplos parecidos hay como para llenar un libro.
¿Por qué sucede esto? Pues porque los consistorios permiten que suceda. Porque no hay una visión global del problema. Porque no se siguen unos mínimos criterios de seguridad vial a la hora de emplazar centros comerciales, a la hora de racionalizar el transporte escolar, a la hora de organizar los horarios de carga y descarga de los comercios. Todas esas actividades demandan una movilidad que en muchos casos no se planifica de forma adecuada sino que se parchea sobre la marcha, y a veces ni eso.
Y esto, ¿cómo se hace? Pues estableciendo criterios generales consensuados entre una Dirección General de Tráfico y los responsables municipales, para que la visión global vaya a lo particular con pleno conocimiento de causa sobre el terreno, y luego realizando un estrecho seguimiento de estos criterios, claro, que los ayuntamientos no siempre están libres de personajes curiosos que tienden a hacer de su capa un sayo cuando no a hacer su agosto con tácticas cuando menos discutibles.
Que nadie me diga que todo esto ya se está llevando a cabo porque no me lo creo. Sin ir más lejos y dejando de lado los ejemplos propuestos, que haya tantos pasos para peatones que contradicen abiertamente el artículo 168 del Reglamento (ahí donde dice que “no podrán utilizarse líneas de otros colores que alternen con las blancas”) me lleva a pensar que ni los unos ni los otros están por la labor. Y si nos ponemos a hablar de emplazamientos para rotondas... casi que mejor lo dejamos estar.
Hay un total de 8.116 municipios en España. El número no es pequeño, pero estoy convencido de que en la DGT hay personal capacitadísimo para hacer frente a este reto de futuro. ¿De verdad costaría mucho poner a trabajar a todos los ayuntamientos en una misma dirección? ¿De verdad costaría mucho asumir la Dirección que marcase ese rumbo? ¿De verdad costaría mucho que los pueblos y ciudades dejasen de ser un agujero negro en el Reglamento General de la Circulación?
Foto | sergis blog, Voka Kamer van Koophandel Limburg
En Circula Seguro | La DGT se fija en la seguridad vial urbana, ¡aleluya!"
Fuente: Revista española Circula Seguro
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