Sistemas de detección de la fatiga y falta de concentración al volante
Para conducir nuestro coche con la máxima seguridad posible, no debemos olvidar nunca que el factor más importante somos nosotros mismos. El factor humano es el mayoritario hablando de causas de accidentes de tráfico: alrededor de tres de cada cuatro siniestros son debidos a este factor. Debemos ser conscientes de conducir en adecuadas condiciones físicas y psíquicas, y concentrados en la compleja tarea que es conducir.
Eso es lo principal. Y es algo obvio que sabemos todos: no debemos distraernos al volante, si estamos cansados no deberíamos conducir y si tenemos sueño, mucho menos. Pero no siempre es posible, tenemos que conducir tarde de vuelta a casa, nos nos paramos a pensar en ello, o bien solemos confiarnos, creer que sí podemos, e infravalorar los síntomas. Es aquí cuando la tecnología puede y debe ayudarnos.
Ya os hemos hablado recientemente de sistemas que, en caso de despiste o distracción del conductor, pueden actuar automáticamente para evitar un accidente o reducir sus consecuencias, como por ejemplo los asistentes de mantenimiento en carril, que hasta hacen girar la dirección, intentando que no nos salgamos del carril, o bien los sistemas de frenado automático, que frenan por sí mismos el coche para evitar un alcance, si resulta que no estábamos atentos, y no frenamos a tiempo.
Pero hoy queremos hablaros de otros sistemas electrónicos que pueden actuar antes que aquellos, que son preventivos, y que sirven para monitorizar al conductor y controlar en qué estado está conduciendo, siendo capaces de reconocer si está cansado o fatigado, o si le está entrando sueño. Los sistemas más avanzados incluso pueden reconocer si está distraído y mirando a otra parte. Viene a haber dos sistemas principalmente.
Sensores en el volante
Precisamente no hace tanto que os hablamos de la detección automática de modorra. Estos sistemas, que también se pueden llamar sistemas de detección de fatiga y sueño, han sido los primeros en estar disponibles en los coches. De hecho hoy en día se pueden comprar diversos modelos, de diferentes fabricantes, y que no son precisamente coches caros o de lujo, que montan ya de serie un sistema así.Quien quiera conocer todos los detalles de estos sistemas puede ampliar información en el enlace. De manera muy resumida recordemos que estos sistemas utilizan sensores en el volante. Aprenden a conocer cómo solemos manejar el volante en condiciones normales y cuando no lo hacemos igual entienden que estamos fatigados o que nos estamos durmiendo.
Es fácil de entender: cuando conducimos, incluso cuando vamos en línea recta, no sujetamos el volante fijo en la misma posición permanentemente, sino que con suavidad solemos hacer pequeñas correcciones para mantenernos en el carril. Cuando estamos muy cansados, o cuando se nos cierran los ojos por sueño, ya no movemos igual el volante, y hasta podemos hacer correcciones bruscas, si durante medio segundo o un segundo se cierran nuestros ojos, y al abrirlos nos asustamos.
Pensemos que por autopista, circulando a 120 km/h, en tan solo un segundo nuestro coche recorre 33,3 m. Pensemos todo lo que puede pasar en tan solo un segundo que no miramos a la carretera. Pensemos lo que son 33,3 metros (es algo así como un edificio de viviendas de ocho o nueve plantas de altura, o unos siete coches de tamaño medio uno detrás de otro).
Es entonces cuando el sistema nos alerta. Hace saltar una alarma sonora y nos muestra un mensaje de texto en la pantalla de la computadora del cuadro de instrumentos diciéndonos que tenemos que parar a descansar por nuestra propia seguridad.
Son muy útiles aunque no nos lo parezca. En España el sueño en concreto es causa de un 20% de los accidentes. Ha descendido algo en los últimos años, pero sigue siendo un porcentaje importante.
Cámaras de reconocimiento facial
Pues bien, estos sistemas ya han sido superados. Yo he podido incluso probar algún prototipo con un sistema con reconocimiento facial sofisticado, aunque todavía no se monta en los coches de calle, pues era experimental. Para conductores profesionales ya se puede encontrar algún sistema similar, no tan sofisticado, pero ya funcional.Gracias a una cámara, que puede ir colocada sobre el volante, y a un sistema de reconocimiento facial, la electrónica de nuestro coche puede conocer con mucha más precisión si sufrimos cansancio, fatiga, sueño o incluso falta de concentración y hacer algo al respecto para evitar un problema mayor.
La cámara enfoca a la cara del conductor y supervisa los ojos de este, para ver si el parpadeo es normal, o si el parpadeo indica sueño, pero también es capaz de ver si el conductor mira al frente, a la carretera, o si desvía la mirada a otra parte, fuera de la carretera, y está dejando de atender a la circulación, mirando cualquier otra cosa como un teléfono, la radio, o el paisaje por la ventanilla.
Y no solo se está prestando atención a los ojos del conductor. El reconocimiento facial es completo y permite ser más fiable o detectar síntomas más temprano. Estos sistemas son también capaces de reconocer los bostezos, por ejemplo, así como otras expresiones faciales que muestren cansancio y fatiga. Pero también pueden reconocer si el conductor está estresado y nervioso, o incluso colérico, lo cual tampoco es adecuado para conducir con seguridad.
Igual que el otro tipo, actúan alertando al conductor de la situación mediante una alarma, luces rojas parpadeantes, o mensaje de texto en el cuadro de instrumentos, e instándole a no distraerse, parar para descansar, dormir o calmarse. Claro, que el conductor haga caso es voluntario, pero una cosa es que no se dé cuenta de que le está pasando, y otra diferente que, avisado del problema, insista en seguir conduciendo así.
Continental, por ejemplo ya tiene un sistema experimental de este tipo, que dentro de unos años podría instalarse en los coches, pero también hay otros fabricantes de coches que están investigando y probando sistemas muy similares.
La tecnología, cada vez más presente, y cada vez más barata, nos puede ayudar de múltiples maneras para mejorar la seguridad en nuestro coche. Una cámara digital es un dispositivo pequeño y económico que puede montarse en un coche sin grandes complicaciones. Pero más importante que esto es el cerebro del sistema, el procesador, y el software, que se encargan de reconocer adecuadamente y en toda circunstancia lo que capta la cámara. En mejorar todo esto es en lo que se está todavía trabajando, para depurarlo al máximo. Aplicaciones de la tecnología así, me parecen una muy buena manera de aprovecharla en los coches, y no hay que tenerle miedo, todo lo contrario.
Fuente: Revista Circula Seguro
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