lunes, 26 de septiembre de 2016

RADARES -SEMÁFORO. *

Posted: 06 Sep 2016 04:04 AM PDT
radar-semáforo
En los últimos tiempos las ciudades están buscando, a toda costa, reducir los índices de siniestralidad en sus vías urbanas. Choques entre turismos, atropellos a ciclistas o peatones y caídas de motoristas son algunos de los accidentes que, si bien son prácticamente imposibles de evitar en su totalidad, pueden reducirse considerablemente.
Para mitigar el número de accidentes y la gravedad de lesiones provocados por los mismos, las ciudades han sufrido muchos cambios en los últimos años y los resultados se han notado. Algunos ejemplos pueden ser la sustitución de cruces entre calles por rotondas, resaltos en pasos de cebra o la introducción de semáforos donde antes los había.
Por desgracia, las cifras aunque eran menores, seguían siendo altas. Por lo que también hubo que recurrir a las sanciones económicas (y retirada de puntos del carnet dependiendo de cada caso) utilizando radares de velocidad fijos y móviles, sancionando el uso del teléfono móvil o el hecho de no utilizar el cinturón de seguridad o el casco a los motoristas; por citar solo algunos ejemplos.
Las cifras de siniestralidad en vías urbanas descendieron, pero parece que se han quedado estancadas. De hecho, en 2014 y en 2015 el número de fallecidos en este tipo de vías fue el mismo, 441 muertos, mientras que los heridos graves crecieron levemente en 2015, de 4.740 a 4.758.

¿Qué es y cómo funciona un radar foto-rojo?

Hoy nos vamos a centrar en los radares, pero no en los radares de velocidad; sino en las cámaras que detectan de forma automática cuando un conductor “se ha saltado el semáforo en rojo”, preparando y enviando “la receta” al propietario del vehículo prácticamente sin intervención de un humano. Con este sistema se pretende evitar que un conductor rebase el semáforo cuando se encuentre en rojo y pensarse dos veces si hundir el acelerador cuando se encuentra a 20 metros y pasa de verde a ámbar.
El principio de funcionamiento de este tipo de radar-semáforo es muy sencillo. Si el sensor, situado cerca del semáforo, detecta que algún vehículo ha atravesado la intersección o paso de peatones mientras el propio semáforo prohibía su paso mediante la luz roja, realizará una fotografía que se enviará automáticamente al centro de control correspondiente. Desde allí se tramitará y enviará la sanción. De momento, este tipo de radares necesita una cámara por cada carril de la vía que controla, aunque seguro que no tardarán en evolucionar y simplificarse.

¿Dónde suelen estar ubicados?

cámaras

Según las autoridades y los responsables de la utilización de estos sistemas, no tienen ningún fin recaudatorio, sino que buscan reducir las tasas de siniestralidad en determinados puntos de la ciudad.
Por tanto, podemos decir que se encuentran en pasos de peatones o intersecciones muy transitadas, en vías anchas con varios carriles que generan confianza y donde se suelen sobrepasar los límites de velocidad por lo que es probable no tener espacio suficiente para detener el vehículo ante el semáforo. También en pendientes descendentes y pronunciadas donde los vehículos suelen ganar velocidad por la inercia, y en lugares peligrosos y donde se hayan registrado un elevado número de atropellos o accidentes aun habiendo un semáforo tradicional o un paso de cebra.

¿Cómo conocerlos y saber dónde se encuentran (de forma legal)?

Es fácil reconocerlos porque, al igual que los radares fijos de velocidades, es obligatoria su señalización. De todos modos, existen otros métodos para conocer su localización. La tecnología y las apps (esas que tanto nos entretienen y tanto tiempo nos pueden llegar a quitar), pueden ser muy útiles para saber dónde se encuentran los radares.
Como ya sabréis existen aplicaciones como Social Drive o iCoyote que pueden avisarnos de los radares fijos o móviles, de si hay algún helicóptero Pegasus rondando la zona o de distintos controles de las autoridades (alcoholemia, registros, etc), sin olvidarnos de accidentes o retenciones. Además de unos avisos fijos (como pueden ser los radares de velocidad fijos), también son capaces de informarnos en tiempo real de la situación del tráfico.
Los usuarios interactúan con la aplicación y, por tanto, con el resto de usuarios. Si se encuentran ante alguna incidencia o ven, por ejemplo, un radar móvil, de forma muy intuitiva lo comunican. Gracias a la posición GPS, el sistema sabe en qué punto exacto se encuentra esa situación anómala. El resto de usuarios de la App que se encuentren cerca de la zona serán notificados, pudiendo tomar una ruta alternativa o disminuyendo su velocidad.
La Dirección General de Tráfico tiene su propia aplicación móvil, disponible tanto para iOS como para Android. A través de ella, podemos conocer dónde están los radares fijos y cómo se encuentran las carreteras viendo, en directo, su estado a través de las cámaras oficiales. También nos alertará cuando nos acerquemos a alguna incidencia grave.
Estos métodos son 100 % legales, aunque parece que no sentaron muy bien a los cuerpos y fuerzas de seguridad. Los dispositivos que la ley no permite son aquellos que interactúan directamente con el radar, bien detectándolos o bien inhibiendo su uso. Está penado con multas desde 200 euros y la retirada de 3 puntos del carnet. Como estas aplicaciones no interactúan con los dispositivos de medición o captación de infracciones, no pueden ser sancionados.
Eso sí, no hay nada como cumplir la ley, no saltarse los semáforos y respetar los límites de velocidad para evitar ser multados

Fuente: Revista Circual Seguro

lunes, 19 de septiembre de 2016

COPIAMOS O NO COPIAMOS (Pura Ingeniería de Transporte)

COPIAMOS O NO COPIAMOS. Todos los intereses creados se ponen en ebullición ante esta situación y tratan de impedir que se efectúen o se consoliden los cambios que optimicen la movilidad urbana. El crecimiento poblacional y el aumento de los índices de motorización exigen cada dia más espacio para la movilidad de personas, bienes y servicios pero el espacio físico se agota y solo queda la posiblidad de dar ordenamiento riguroso a los usos del espacio. Con intención de invitar al análisis y a las propuestas coporativas desde las dimensiones urbanistica, social, económica, ambiental y política se transcribe a continuación lo que al respecto ocurre en Madrid, capital española y publicado por ecomovilidad.net Madrid.(Nota del Observatorio SEGVIAL BOYACÁ)    

"La ciudad de Madrid ha recibido esta semana dos malísimas noticias en materia de movilidad:
  • Por un lado, el acto de cobardía política que supone el cambio de fecha del “Día sin coches” de la Semana Europea de la Movilidad del jueves en el que estaba programado al domingo previo
  • Por el otro, el acto de cobardía política y falta de visión estratégica que supone el rechazo del servicio de estacionamiento regulado (SER) en el distrito de Carabanchel
Con estas políticas, la ciudad de Madrid está gritando a los cuatro vientos que no quiere ser sostenible, que no quiere ser moderna, que no quiere ser como otras de su entorno nacional e internacional, que no quiere bicis, y que lo que quiere es que los coches sigan campando a sus anchas a costa del contribuyente (porque no olvidemos que los costes externos se pagan entre todos).

Estas noticias se van a olvidar en pocos días, pero el impacto que ya han tenido en las futuras políticas de movilidad y en la visión estratégica para la ciudad son un varapalo a la movilidad sostenible en la ciudad, con importantes consecuencias prácticas y estratégicas.

No a los parquímetros del SER en Carabanchel

Las consecuencias prácticas se reflejan bien en la decisión sobre el SER en Carabanchel. Está demostrado por numerosos estudios de investigación y modelos de movilidad urbana de todo el mundo que la restricción de aparcamiento y su cobro son uno de los factores que más desincentivan el uso del coche en zonas urbanas, incluso por encima de medidas mucho más costosas técnica, económica y políticamente tales como la peatonalización o restricción de circulación a determinados vehículos. Además, las tasas de aparcamiento son uno de los pocos instrumentos de que disponen los gobiernos locales para generar ingresos, y resultan ser una carga fiscal bastante progresiva y por tanto relativamente justa, ya que el uso del coche y el número de coches por familia crecen con la renta, mientras que existen bonificaciones y beneficios para los residentes, etc.
Por lo tanto, el rechazo de la Junta Municipal a esta medida no solo va en contra de las políticas de movilidad sostenible que el Ayuntamiento parece intentar implantar (a la vista de la otra noticia, solo lo parece), sino que además es una decisión muy poco inteligente y supone una gran oportunidad perdida con la que se podrían haber matado muchos pájaros de un tiro:
  1. Tener una política de movilidad coherente y cohesionada en toda la ciudad, y acabar con las diferencias que existen entre los barrios dentro y fuera de la M-30
  2. Promover la movilidad sostenible también en los distritos, los grandes olvidados pero que sin embargo generan muchos viajes (internos y externos) que pueden hacerse de forma más sostenible
  3. Lanzar un mensaje a los ciudadanos diciendo que ellos y no los vehículos son la prioridad y que el número de coches tiene que reducirse para que ellos puedan caminar, montar en bici y moverse por un barrio en el que haya menos coches, menos ruido, el aire esté más limpio, donde los autobuses vayan más fluidos al haber menos tráfico, y en el que cruzar la calle para coger el metro no suponga un riesgo.
  4. Recaudar fondos que DEBEN ser destinados a otras políticas de movilidad sostenible complementarias y que incentiven a aquéllos que decidan dejar el coche y beneficien al conjunto de la sociedad, es decir, promover la igualdad de oportunidades por medio de un instrumento fiscal progresivo que cobra por las externalidades negativas y reinvierte en medidas sociales para todos.
  5. En definitiva, hacer políticas de movilidad verdaderamente sostenible económica, social y medioambientalmente.
Todo esto y quizás algo más se podría haber conseguido con la instauración del SER. Pero por contentar a los acérrimos del coche y a los que no tienen visión estratégica, no se hace nada.

Cambio de fecha para el “Día sin coches”

Hasta aquí lo concreto. Pero la otra noticia, la del cambio de fecha para el “Día sin coches”, aunque no supone una pérdida tan palpable, tiene un efecto devastador en la imagen del Ayuntamiento, de la ciudad, y del transporte de Madrid. Cambiar de un día laborable a un domingo algo tan importante a nivel europeo como el “Día sin coches” es decir al mundo:
  • En Madrid nadie se toma en serio la Semana Europea de la Movilidad, y solo se hacen un par de actividades por cubrir el expediente pero sin que realmente sirvan para mejorar algo en movilidad sostenible.
  • En Madrid no hay voluntad política de cambiar las cosas si molestan a los usuarios del coche, pese a que sean con mucha diferencia de los otros modos los que generan más problemas.
  • En Madrid los coches van antes que las personas, y que las bicis.
  • En Madrid no se sabe planificar una buena campaña de publicidad y de redireccionamiento del tráfico para mitigar el impacto de unos cortes de tráfico durante 1 día.
  • En Madrid no se confía en que los ciudadanos sean capaces de buscar alternativas de movilidad cuando hay cortes de tráfico, ni se les da información para ello.
  • En Madrid no se puede estar NI UN SOLO día sin coches en UNA arteria principal para mostrar a los madrileños y al mundo que se saben hacer las cosas de otra manera y que otra movilidad es posible, pero se puede estar 7 DÍAS SEGUIDOS con DOS arterias cortadas (y sin marquesinas de autobús) cuando hay visitas.
  • En Madrid se ve la bici y el caminar como “cosas de domingueros”, no como una alternativa real para la movilidad.
Todo esto es lo que dicen estas noticias hoy. Una triste imagen de Madrid exportada a todo el mundo. ¿Quo vadis, Madrid?"

Fuente: ecomovilidad.net Madrid