viernes, 31 de diciembre de 2010

La emergencia 2010 en Colombia

La temporada invernal de los últimos tres meses de 2010 en Colombia fue intensa e inclemente; nadie escapó de ella directa o indirectamente. El poder desequilibrante del crecimiento poblacional con  sus demandas crecientes de bienes y servicios, sumadas a insaciables e incontrolables expectativas de lucro de algunos, ha empezado a presentar los obvios, irreversibles y crecientes  desequilibrios propinados a la naturaleza. Las estadísticas señalan que las intensidades pluviométricas superaron, en general,  los máximos presentados; los cuales, modificaron de manera atípica las tendencias basadas en datos históricos oficialmente registrados.  Los excesos de lluvias saturaron de agua el suelo y el subsuelo, en gran parte del territorio colombiano, y han provocado el desencadenamiento, en la tierra, de frecuentes y bruscos movimientos en masa. La cantidad de agua que ha recibido la tierra ha producido sobrepesos que, a su vez, generan desplazamiento de masas, asentamientos, derrumbes y deslizamiento de mayores proporciones y frecuencias. El sistema fluvial ha sido sobrecargado de manera inusitada. Las cuencas y microcuencas aumentaron intempestiva y desastrosamente sus caudales y velocidades, y  desbordaron en alto grado su capacidad de evacuación. Además, los caudales mayores y las grandes velocidades de las crecientes desprendieron masas de las riberas y  lechos de los ríos y aumentaron los tamaños de arrastre  de materiales desprendidos a cuyo paso producían una verdadera cadena incremental de destrucciones físicas de todo orden.  Los desastres sociales provocados han sido innumerables y los daños físicos (inundaciones, viviendas, carreteras infraestructura económica y de servicios públicos, cultivos, etc.) que han podido ser estimados, superan la docena de billones de pesos.   El país no estaba preparado (tal vez no podía estarlo) para el tamaño y gravedad de esos fenómenos de la naturaleza - anunciados débil y teóricamente por algunos académicos y ambientalistas, tildados de “bulliciosos” por varios burócratas. La realidad es que esos fenómenos alteraron, de manera sustancial y negativa, las condiciones de vida de gran parte de la población colombiana, con especial impacto negativo en zonas habitadas por franjas de población muy vulnerables. Ante tal magnitud de los problemas generados, sólo cabe convocar , de manera reiterada,  la solidaridad nacional que debe manifestarse, oficial y sistemáticamente, en un plan muy serio y transparente de mitigación para el corto plazo que comprometa, sin esguinces, todos los presupuestos de la nación, institutos descentralizados,  y entes territoriales, obedeciendo forzosamente a prioridades que son incuestionables pues se trata de restablecer las condiciones mínimas de dignidad de vida de todos los afectados. Una política pública, de esa envergadura, no es fácil de ser promulgada ni ejecutada no sólo por su complejidad sino por sus implicaciones de carácter partidista, en especial, ad portas de las elecciones de gobernadores y alcaldes, consideradas como básicas y determinantes de las múltiples estrategias electorales en la lucha por el poder sobre los presupuestos públicos y la burocracia, en especial. El país nacional está pendiente de soluciones viables e inmediatas a problemas sociales y económicos prioritarios, derivados de la emergencia económica y social que vive hoy mucha gente (más de dos millones de personas) en Colombia. El gobierno declaró el estado de emergencia, ciñéndose a la Constitución Nacional; ahora el país entero, bajo el  más serio y transparente liderazgo institucional, ha de emprender las acciones que la razón y la equidad señalan como PRIORITARIAS. Todos debemos hacer los sacrificios requeridos  y cuanto esté nuestro alcance para que las soluciones que buscan la dignidad social puedan hacerse realidad con calidad y  cuanto  antes.  
Hugo Arias Castellanos
Ingeniero en Transportes y Vías
ariascastellanoshugo@gmail.com                         

miércoles, 29 de diciembre de 2010

COMENTARIO DE LA INGENIERA TRÁNSITO SEGURA

Las Universidades que investigan y enseñan temas de Ingeniería Vial (formulación y evaluación de proyectos viales, planeación, trazado, diseño, construcción, señalización, controles, conservación, modernización, operación del tránsito, seguridad vial - accidentalidad, optimización, gestión, etc.,) deben (de oficio) analizar y pronunciarse sobre las características técnicas, económicas y operacionles de la infraestructura vial (terrestre: urbana y rural, fluvial, férrea, aérea, etc.). De igual manera, analizar y pronuciarse , sobre cronogramas, costos y soprecostos de construcción, conservación y operación del sistema. Caso especial, es el proyecto "Doble Calzada Briceño - Tunja - Sogamoso -BTS" que cobra peajes desde hace 5 años y que lo hará durante 30 años; y además, porque ha consumido grandes recursos provenientes de los impuestos.
Muy importante para la comunidad es conocer los criterios investigativos y técnicos de las entidades y Organizaciones representativas de la Ingeniería Vial.

Nota de la Dirección: este comentario fue enviado al Observatorio SEGVIAL BOYACÁ por la Ing. Tránsito Segura (23 dic/2010). mailto:.trasitosaegura@gmail.com >

martes, 28 de diciembre de 2010

"FRENADA TEÓRICA Y FRENADA REAL"

El otro día leí un interesante artículo en la revista Motociclismo en el que después de hacer una comparativa entre motocicletas equipadas con ABS, utilizaban los datos recogidos para comparar los datos teóricos obtenidos en una frenada a 100 kilómetros por hora (distancia recorrida entre el punto de accionamiento de frenos y punto de detección de la motocicleta) con la distancia real recorrida si nos encontramos un obstáculo desde que lo vemos hasta que podemos detener la motocicleta.
De esta forma, asombra comprobar que la distancia teórica recorrida por la moto es de unos 41 metros mientras que la real a esa misma velocidad se va hasta los 71,6 metros pero, ¿que otros factores influyen en la distancia de detección? Vamos a verlos.
La variable que más influye en la distancia de frenado es el factor humano, es decir, nosotros mismos y nuestros reflejos para reaccionar ante un imprevisto. Debemos identificar el peligro y reaccionar en consecuencia mientras nuestra moto se sigue desplazando a la misma velocidad y con ello, recorriendo un montón de metros.
El tiempo que el ser humano tarda en identificar un objeto como peligro es de aproximadamente una décima de segundo. Esto traducido a distancia son un poco menos de tres metros. A continuación, debemos reaccionar en consecuencia, en este caso, aplicando los frenos. De media, cualquiera de nosotros tardará unas ocho décimas de segundo, habiendo recorrido un total de algo más de 22 metros. En total, desde que vemos el obstáculo hasta que empezamos a frenar habremos recorrido unos 25 metros.
¿Ya empezamos a frenar? Pues no, porque todavía hay que tener en cuenta el factor mecánico en la motocicleta ya que existe un retardo entre la orden que aplicamos con la mano en la maneta de freno y el movimiento de los pistones en la pinza de freno. El circuito hidráulico debe coger presión antes de que la deceleración sea efectiva. No es mucho tiempo, tan sólo dos décimas de segundo pero si es lo suficiente para que hayamos recorrido otros cinco metros. En total, durante el momento de pánico y antes de empezar a reducir la velocidad, llevaremos más de treinta metros.
Por fin empezamos a frena y durante tres segundos recorreremos esos 41 metros que comentábamos al inicio que junto con los 30 metros que ya llevamos hará que no nos detengamos antes de 71 metros, y eso teniendo en cuenta que los cálculos están realizados en condiciones óptimas. Si nosotros no nos encontramos bien (cero de alcohol), nuestros neumáticos están desgastados, los amortiguadores en mal estado o el sistema de frenos no se encuentra todo lo bien que debiera, la distancia se puede ir hasta los 80 metros o más.
Es por ello que hay que recalcar una vez más la importancia de la distancia de frenado y que en estos casos, es mejor pecar por exceso que por defecto. Y si queréis experimentar vosotros mismos estos datos, podéis acercaros a una zona sin tráfico y poner vuestro vehículo por ejemplo a 50 kilómetros por hora.
Para comenzar a frenar, hacedlo cuando un compañero vuestro de por ejemplo una voz o una palmada. Luego podéis ver lo que habéis recorrido y pensar si la distancia de seguridad que usáis normalmente es la suficiente.
Por cierto, aunque he hablado de motos, este dato es perfectamente extrapolable a las cuatro ruedas.

Fuente: este texto fue copiado de la Revista Española Circula Seguro (21 dic/2010)

sábado, 25 de diciembre de 2010

Comentario de Gran Boyacá

La Asociación Colombiana de Ingenieros en Transporte y Vías - ACIT, y la Facultad de Ingeniería de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia - UPTC habrán presentado o presentarán, oportuna y deseablemente, al Paìs, propuestas urgentes y precisas de recuperación, recnonstrucción o construcción ante la angustiosa emergencia de conectividad vial terrestre y fluvial que se vive, en especial, en el sector rural (producciòn agropecuaria y atención en salud, especialmente).

Nota de la Dirección: SEGVIAL BOYACÁ publicará, en este blog, las respuestas y análisis que se desprendan de este comentario.   

martes, 21 de diciembre de 2010

UN MENSAJE POR GEORGE CARLIN:

"La paradoja de nuestro tiempo es que tenemos edificios más altos y temperamentos más reducidos, carreteras más anchas y puntos de vista más estrechos. Gastamos más pero tenemos menos, compramos más pero disfrutamos menos. Tenemos casas más grandes y familias más chicas, mayores comodidades y menos tiempo. Tenemos más grados académicos pero menos sentido común, mayor conocimiento pero menor capacidad de juicio, más expertos pero más problemas, mejor medicina pero menor bienestar.


Bebemos demasiado, fumamos demasiado, despilfarramos demasiado, reimos muy poco, manejamos muy rápido, nos enojamos demasiado, nos desvelamos demasiado, amanecemos cansados, leemos muy poco, vemos demasiado televisión y oramos muy rara vez.
Hemos multiplicado nuestras posesiones pero reducido nuestros valores. Hablamos demasiado, amamos demasiado poco y odiamos muy frecuentemente.

Hemos aprendido a ganarnos la vida, pero no a vivir. Añadimos años a nuestras vidas, no vida a nuestros años. Hemos logrado ir y volver de la luna, pero se nos dificulta cruzar la calle para conocer a un nuevo vecino. Conquistamos el espacio exterior, pero no el interior. Hemos hecho grandes cosas, pero no por ello mejores.
Hemos limpiado el aire, pero contaminamos nuestra alma. Conquistamos el átomo, pero no nuestros prejuicios. Escribimos más pero aprendemos menos. Planeamos más pero logramos menos. Hemos aprendido a apresurarnos, pero no a esperar. Producimos computadoras que pueden procesar mayor informacion y difundirla, pero nos comunicamos cada vez menos y menos.

Estos son tiempos de comidas rápidas y digestión lenta, de hombres de gran talla y cortedad de carácter, de enormes ganancias económicas y relaciones humanas superficiales. Hoy en día hay dos ingresos pero más divorcios, casas más lujosas pero hogares rotos. Son tiempos de viajes rápidos, pañales desechables, moral descartable, acostones de una noche, cuerpos obesos, y píldoras que hacen todo, desde alegrar y apaciguar, hasta matar. Son tiempos en que hay mucho en el escaparate y muy poco en la bodega. Tiempos en que la tecnología puede hacerte llegar esta carta, y en que tu puedes elegir compartir estas reflexiones o simplemente borrarlas.


Acuérdate de pasar algún tiempo con tus seres queridos porque ellos no estarán aqui siempre.

Acuérdate de ser amable con quien ahora te admira, porque esa personita crecerá muy pronto y se alejará de ti.

Acuérdate de abrazar a quien tienes cerca porque ese es el único tesoro que puedes dar con el corazón, sin que te cueste ni un centavo.

Acuérdate de decir te amo a tu pareja y a tus seres queridos, pero sobre todo dilo sinceramente. Un beso y un abrazo pueden reparar una herida cuando se dan con toda el alma.

Acuérdate de tomarte de la mano con tu ser querido y atesorar ese momento, porque un día esa persona ya no estará contigo.

Date tiempo para amar y para conversar, y comparte tus mas preciadas ideas.

Y siempre recuerda:

La vida no se mide por el número de veces que tomamos aliento, sino por los extraordinarios momentos que nos lo quitan.
 
George Carlin"

Nota de la Dirección: Este mensaje nos llegó por correo electrónico por gentil envío del Ing. Germán Morales.(Hay pàrrafos y frases resaltados por nosotros, intencionalmente) 

lunes, 20 de diciembre de 2010

De Cancún a Durban.

17 de diciembre de 2010

Ni pesimismo paralizante ni optimismo adormecedor:
Activismo fundamentado

El conjunto de las ONGs presentes en Cancún durante la celebración de la Convención del Clima de Naciones Unidas, COP 16, han saludado los resultados de esta cumbre como un importante paso adelante en la lucha internacional contra el cambio climático. Y su valoración coincide con la de los organizadores del evento y la del conjunto de las delegaciones de los más de 190 países participantes. La única delegación que se ha opuesto al acuerdo, la de Bolivia, lo ha hecho para reclamar medidas más efectivas.
Esta valoración positiva está justificada: a pesar de las bajas expectativas de conseguir acuerdos tras el fracaso de Copenhague, a pesar de una crisis económica que incita a gobiernos y ciudadanía a centrar la atención en los problemas inmediatos, Cancún ha restablecido la confianza en una negociación climática universal.
Todos los países han aceptado, atendiendo a las recomendaciones de la comunidad científica, la necesidad de alcanzar acuerdos vinculantes y justos de fuertes reducciones de gases de efecto invernadero y evitar así que el aumento de temperatura supere los 2°C. Afortunadamente, pues, el negacionismo está perdiendo la batalla y la racionalidad se impone.
Ya no es posible negar la evidencia del fuerte incremento en la frecuencia e intensidad de los desastres climatológicos; del retroceso de las nieves perpetuas que está poniendo en peligro el acceso al agua potable de miles de millones de seres humanos; de la acelerada pérdida de biodiversidad y aumento de la desertificación; de la erosión de las costas con la subida del nivel del mar; de la extensión de plagas, dańos en la agricultura, incremento de las hambrunas y un largo y creciente etcétera de graves consecuencias también económicas.
Ya no es posible seguir hablando de procesos naturales o de apostar por la simple "adaptación" al cambio climático mientras seguimos quemando combustibles fósiles. Como ha afirmado en Cancún el presidente de la Agencia Internacional de la Energía "no nos podemos permitir el lujo de seguir retrasando las actuaciones".
La gravedad de la situación está obligando a rectificar a los gobiernos y Cancún ha supuesto un paso importante en esa dirección, superando el pesimismo que parecía haberse instalado tras Copenhague y retomándose la negociación multilateral. Se ha acordado establecer un Fondo climático internacional (Green Climate Fund), para vehicular las necesarias aportaciones de los países industrializados a los países en desarrollo para que éstos contribuyan también a la reducción de emisiones. Se ha avanzado en el establecimiento del Programa de las Naciones Unidas para la Reducción de las Emisiones Derivadas de la Deforestación y la Degradación Forestal en los Países en Desarrollo, tomando en consideración los derechos de las poblaciones indígenas y la protección de la biodiversidad (UN-REDD). Y aunque todavía no es legalmente vinculante, ha habido acuerdo en que los países industrializados asuman un compromiso conjunto de reducción de emisiones del 25 al 40%, tal como recomienda la comunidad científica.
Aunque somos conscientes de que resulta insuficiente, todo ello debe ser valorado positivamente como pasos en la buena dirección y viene a cuestionar el pesimismo paralizante extendido antes de la Cumbre. Pero debemos evitar igualmente un optimismo adormecedor que puede llevarnos a pensar que los problemas están resueltos y no son necesarios nuevos esfuerzos: todas las medidas acordadas en Cancún han de verse concretadas en la próxima cumbre del clima que tendrá lugar en Durban, Sudáfrica, a fines de 2011. Será allí donde ha de firmarse el acuerdo ambicioso, justo y vinculante prefigurado en Cancún. Tenemos un largo y difícil camino por delante. Los educadores, los medios de comunicación, la comunidad científica y los movimientos ciudadanos debemos ejercer la presión necesaria sobre los responsables políticos para que hagan honor a los compromisos adquiridos en Cancún, firmando y poniendo en vigor el acuerdo. Éstas son razones para un activismo fundamentado que ha de impregnar nuestra labor profesional y ciudadana.
Educadores por la sostenibilidad
Boletín Nº 57, 17 de diciembre de 2010
http://www.oei.es/decada/boletin057.php

LOS ACCIDENTES CAMBIAN LA VIDA

"Este domingo ha sido el día de La Marató de TV3, un tele-maratón solidario que cada año poco antes de las fiestas busca despertar un atisbo de compasión en los corazones de los televidentes del canal autonómico catalán. Cada año se dedica a recaudar fondos en pro de la investigación médica en un campo concreto.
En su decimonovena edición, este año, el evento solidario se ha dedicado en la lucha contra las lesiones cerebrales y medulares adquiridas. Su finalidad es doble: por un lado, concienciar a la población sobre las dificultades en que los afectados por estas lesiones, que se ven obligados a superarse día a día, con la única esperanza de poder ser un poco normales.
Y por el otro, la Fundación de La Marató, una entidad sin ánimo de lucro que se creó para distribuir los fondos recogidos entre los equipos de investigación más prestigiosos, se ha convertido en la fuente de financiación privada más importante de España en el campo de la investigación básica en medicina.
A lo largo de los años, esta iniciativa solidaria ha dejado de ser únicamente un programa de larga duración donde se repite incesantemente un número de teléfono. En la práctica, la gran mayoría de los pueblos de la comunidad se celebran actividades benéficas de todo tipo con el objetivo de ayudar a subir el marcador. Desde paelladas multitudinarias, pasando por conciertos, encuentros deportivos con famosos, hasta vueltas solidarias al circuito de Montmeló.
Siguiendo los cánones de las tele-maratones solidarias, las quince horas de televisión han alternado números de variedades, divulgación científica acerca de las causas y consecuencia de las lesiones del sistema nervioso, y sobre todo testimonios de afectados.
Como siempre en estas cosas, las entrevistas que el conocido periodista catalán hacía a multitud de afectados han puesto el punto emotivo a la gala solidaria. Por el plató han pasado pacientes que habían sufrido un ictus, que habían recibido fuertes golpes en el desarrollo de alguna actividad deportiva… pero sobre todo, víctimas de accidentes de tráfico.

No me avergüenza decir que me he sentido sobrecogido al escuchar cómo estos luchadores relataban lo poco que recordaban de sus siniestros, lo mucho que les costó salir del abismo en que se vieron sumidos en apenas unos segundos, de ver como su único objetivo es lo que todo damos por sentado: ser normales.
Lo que más me ha impresionado es que todos, sin excepción, demostraban una postura más que positiva en torno a la vida. «Porque una vez que te das cuenta de que estás en la silla de ruedas, esto es lo que tienes, ésta es tu vida». La capacidad del ser humano para sobreponerse a todo es, sin duda, inaudita. A toda esta gente, en unos segundos les cambió la vida. Nunca volverá a ser como antes. Ni para los que les rodean: «[Tu entorno] tiene que entender que tú ya no eres tú; ahora eres tú y la silla. Es una parte de ti».
Mirar adelante, nunca atrás. «Nunca comparas con cómo era antes», decía uno de los afectados. Otro invitado al programa manifestaba que «nunca me he preguntado cómo sería mi vida ahora si no hubiera tenido el accidente». No puedo evitar estremecerme al pensar que la respuesta que tanto temía era, simplemente, normal. Su vida sería normal.
Sin embargo, los que aún disfrutamos del privilegio de caminar sí que podemos hacernos la pregunta contraria: «¿Cómo sería mi vida si tuviera un accidente de tráfico grave?». Yo, como otros millones de espectadores de este rincón de la Península Ibérica, he podido ver la respuesta. Pensemos en ella o no, la respuesta a esa pregunta siempre está ahí. Si lo piensas, ¿a qué ya no parece tan malo llegar unos minutitos más tarde a cambio de no jugartela en cada curva o intersección?"
(resaltado intencionalmente)

Fuente: Texto tomado de la Revista Circula Seguro

martes, 14 de diciembre de 2010

"PLAN NAVIDAD Y AÑO NUEVO 2010 -2011" de la Policía de Carreteras


SEGVIAL BOYACÁ: fotografía bajada de Internet
!Se transitaba tan rápido que no se llegó al destino final!

El periódico eluniversal.com.co (05/12/2010) informó que  “Bajo el lema “prudencia y tolerancia” fue lanzado el Plan de Navidad y Año Nuevo 2010 – 2011,  por parte de la Policía Nacional Dirección de Tránsito y Transporte.

La campaña tiene como objetivo principal disminuir las más de 1.900 muertes que se registraron en los dos días (???) por el exceso de velocidad en las principales vías del país. Igualmente se busca concienciar a los conductores para que no manejen bajo los efectos del alcohol.

El general Rodolfo Palomino, director de Tránsito y Transporte de la Policía Nacional alertó que la campaña busca además de evitar el exceso de velocidad, es decir que se superen los 120 kilómetros por hora reglamentarios, que se tenga “una velocidad prudente, puesto que por el regular estado de las vías lo más prudente es manejar a menos de 40 kilómetros”.

Agregó además que en todas las carreteras del país se instalarán tableros electrónicos en las que se señalando la velocidad adecuada que se debe tener, así como la existencia de problemas en las vías y otra información útil para los viajeros.

Igualmente lanzó un llamado a los viajeros que utilizaran servicio de buses intermunicipales para trasladarse a sus destinos que los cojan en los terminales de transporte autorizados. “Asimismo los que piensan visitar partes del país en sus vehículo deben hacer una revisión tecnomecánica, comprar nuevos neumáticos pues las carreteras mojadas necesitan que las llantas tengan buen gravado y evitar accidentes”, precisó el general Palomino.

Añadió que cuando “hay represamiento en la vía se debe evitar ir al carril contrario pues esto lo único que hace es agravar la situación por lo que se hace un llamado a la prudencia y a la paciencia”.

LAS CIFRAS

Según las estadísticas de la Dirección de Tránsito y Transporte en 2009 se presentaron 1.960 accidentes causados por accidente de velocidad con un saldo trágico de 633 muertos y 2.302 heridos.

Igualmente se registraron 1.288 muertos por lo que se llamó velocidad inadecuada que en la que se encuentra entre los límites de velocidad establecidos pero que por el mal estado de las vías y las condiciones climáticas se presentaron accidentes mortales.

VÍAS CERRADAS


El director de Tránsito y Transporte de la Policía Nacional precisó que 15 departamentos del país tienen afectaciones en la movilidad debido a los daños viales provocados por el invierno. Hay cierres totales en carreteras nacionales y departamentales principalmente por las fuertes lluvias, los desbordamientos de los ríos y los derrumbes que han causado caídas de puentes y hundimientos en las carreteras.

Confirmó además que Cundinamarca, Caldas, Boyacá y Norte de Santander presentan varios cierres viales totales por tiempo indefinido….”

SEGVIAL BOYACÁ  reconoce y aplaude el gran esfuerzo operativo y  logístico, casi solitario, que hacen, en nombre de la comunidad, la Policía de Carreteras en Boyacá y otros pocos Organismos de Control del Tránsito en todo el país, para tratar de minimizar la siniestralidad vial, por temporadas y por varias razones. A pesar de ese esfuerzo ocurren en esas temporadas y durante todo el año accidentes de tránsito provocados, en más del 90 por ciento de los casos, por conductas negativas de conductores y peatones. Todo accidente de trásito es importante y grave en cualquier día o época del año; por eso, la estrategia para reducir los índices de accidentalidad debe ser intensa, continua y productiva objetivamente, bajo el compromiso creciente y consciente de todos los ciudadanos, liderados por los Organismos de Control y por todas las autoridades en razón, muy poderosa, de que los efectos de la accidentalidad vial son de Salud Pública, economía general y familiar, y de bienestar para toda la comunidad. 

¡ La prevención vial en familia es fuente de salud pública y de vida para todos, incluso para Usted !


           

domingo, 12 de diciembre de 2010

COMITÉ DEPARTAMENTAL DE SEGURIDAD VIAL - BOYACÁ


De conformidad con lo establecido en la Ordenanza Número 025 de 2010 (14 de septiembre),  "el Comité departamental de Seguridad Vial - CDSV se establece de manera permanente en el departamento" (*),  y a él se asignan funciones concretas de Planeación (Plan estratégico); Coordinación para creación de Comités Provinciales de Seguridad Vial; Monitoreo y control a la ejecución de los programas del Plan de Seguridad Vial; Evaluación, control y seguimiento de objetivos  y metas del Plan; Formulación e implementación de campañas de Seguridad Vial. La misma Ordenanza fija, como Política Pública de Seguridad Vial para Boyacá, el PLAN ESTRATÉGICO DEPARTAMENTAL con horizonte de tiempo de seis (6) años. 
EL Comité Deparatmental de Seguridad Vial - CDSV fue integrado así por la H. Asamblea de Boyacá (en concordancia con lo dispuesto en la Política Pública Nacional de Seguridad Vial):



·         Dirección Territorial del Ministerio de Transporte
·         Secretaría de Salud Departamental
·         Secretaría de Educación Departamental
·         Secretaría de Infraestructura Vial
·         Instituto Nacional de Vías INVÍAS - Territorial Boyacá
·         Instituto Nacional de Concesiones.
·         Instituto Nacional de de Medicina Legal y Ciencias Forenses
·         Dirección de Tránsito y Transporte de la Policía Nacional en Boyacá
·         Instituto de Tránsito de Boyacá - ITBOY
·         Delegado de las Secretarías de Tránsito y Transportes municipales
·         Dirección de Tránsito y Transporte de la Policía Nacional en Boyacá
·         Observatorio Boyacense de Movilidad y Seguridad Vial entre otros (Resaltado intencionalmente)
·         Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia U.P.T.C.
·         Servicio Nacional de Aprendizaje SENA Regional Boyacá
·         Superintendencia de Puertos y Transporte
·         Defensa Civil
·         Cruz Roja Colombiana
·         Centros de Diagnóstico Automotor
·         Escuelas de Enseñanza automovilística
·         Terminales de Transporte
·         Cuerpo de Bomberos Voluntarios
·         Concesión Solarte y Solarte
·         Asociación Colombiana de Ingenieros y Arquitectos
·         Instituciones Educativas del Departamento
·         Medios de Comunicación
·         Empresas de Servicio Público de Transporte de Pasajeros y carga
·         Federación de Municipios
·         Comunidad

Señala la misma Ordenaza que "El Plan Departamental de Seguridad Vial para Boyacá, debe estar administrado y coordinado por el Comité Departamental de Seguridad Vial, debidamente apoyado por el ITBOY, el Centro Integral de Atención C.I.A. del ITBOY, el Observatorio Boyacense de Movilidad y Seguridad Vial; otras entidades u organizaciones pertinentes".

La citada Ordenza está en ágil proceso de reglamentación por parte del ITBOY como se establece en ella misma; y habrá de estar en plena vigencia a partir de marzo de 2011. 

* El texto completo de la Ordenza Número 025 de 2010 ( 14 de septiembre), promulgada por la Honorable Asamblea de Boyacá, puede consultarse en la Secretaría de la Asamblea de Boyacá (Tunja) o en el Diario Oficial del Departamento de Boyacá. 

Observatorio Boyacense de Movilidad y Seguridad Vial - SEGVIAL BOYACÁ

SÚMESE: ¡ La prevención vial en familia es fuente de salud pública y de vida para todos, incluso para Usted !  

jueves, 9 de diciembre de 2010

El verdadero problema del alcohol al volante, por fin

Posted: 08 Dec 2010 03:17 AM PST
El Periódico publicaba ayer las principales conclusiones del informe encargado por la Conselleria de Justícia de Cataluña sobre la eficacia de los cursos de reeducación vial para los conductores que han perdido los puntos, y lo cierto es que el núcleo de la noticia, en forma de titular, no me sorprendió:
La reeducación vial fracasa con los conductores castigados por ebriedad
Cuentan que el grueso de las penas impuestas por asuntos del tráfico tienen que ver con el alcohol y que buena parte de los conductores implicados no son bebedores ocasionales, sino que tienen en el alcohol un verdadero problema de salud. Recomiendo la lectura de la noticia, que enlazo al final.
Y, como digo, no es algo que me sorprenda y, de hecho, dudo que le sorprenda a ninguno de los lectores de Circula Seguro. Entonces, ¿por qué es noticia que la reeducación vial fracase con los conductores castigados por conducir superando las tasas de alcohol permitidas por la ley?
Recapitulemos. El alcohol es una droga psicodepresora que influye negativamente en el estado del conductor incluso cuando se bebe con moderación, incluso cuando la tasa de alcohol en sangre es baja, ya que el alcohol se distribuye por todo el cuerpo, afectando muy especialmente al cerebro y a la vista incluso en pequeñas dosis. Por eso, la única tasa de alcoholemia posible para una conducción segura es 0,0.
Hasta aquí estamos todos de acuerdo, supongo. Sin embargo, el hecho de que el alcohol es, también, una droga que genera adicción parece pasar de puntillas por todo el entramado que existe para retirar de la circulación a los conductores ebrios. Por ley, se trata de la misma manera a un conductor que bebe ocasionalmente que a aquel que tiene un problema de adicción al alcohol. El curso de reeducación vial ataca a la sensibilidad del conductor alcohólico con las mismas herramientas que se trata al conductor que fue sorprendido en una ocasión tras haber bebido y que ya en el momento de soplar se juró a sí mismo que nunca más volvería a beber cuando tuviera que conducir.
Esta diferencia es básica. Desde luego, con un mínimo sentido de la lógica en la mano ningún conductor debería beber antes de conducir, pero los hay que se sensibilizan por sí mismos en el momento del control policial y los hay que no pueden sensibilizarse porque tienen un problema de adicción a esa droga.
Ahí va una confesión personal que ya he comentado en alguna ocasión. Cuando me formaba para trabajar como profesor de formación vial, tuvimos durante unos días en las aulas anexas a las nuestras un curso de sensibilización y reeducación vial para conductores penados, muchos de ellos por problemas de alcohol al volante. En las pausas coincidíamos todos en el bar universitario. ¿Con qué diríais que acompañaban el bocata aquellos conductores penados? Bingo, no era agua del grifo. Algunos de ellos se tambaleaban ligeramente al caminar, tal y como hacen las personas que ya no necesitan beber para perder el sentido porque viven tremendamente alcoholizadas.
¿Les servía de algo el curso de sensibilización? Respuesta que obtuve por parte de todos mis formadores, sin excepción: “llegamos hasta donde podemos llegar”. Es decir, si intentas decirles a estas personas que no beban jamás, no te escucharán porque nadie acepta que otro les diga qué deben hacer. El problema radica en que conduzcan mientras están bebidos, así que debemos mostrarles las consecuencias de conducir bebido, y no tanto del alcohol en sí.
Ah, pero esa mecánica nunca tuvo en cuenta que la voluntad de la persona está mermada no ya por su hábito, que eso se trata con el curso con grandes resultados por lo general, sino por su enfermedad. Así clamé yo ante varios profesores que tuve e incluso ante el catedrático que dirigió mi formación. Nada de nada. “No hay que moralizar, hay que lograr que la misma persona realice el cambio”, me repetían con gran razón en los casos generales, pero ajenos al verdadero problema del alcohol al volante cuando la persona está alcoholizada. “Sí, es un problema – convenían conmigo –, pero desde aquí poco más podemos hacer”.
Y ahora leo que el Centro de Estudios Jurídicos de la Generalitat de Catalunya me da la razón:
Se debe tratar primero la dependencia del alcohol y después la seguridad vial.
¡Albricias! No andaba yo tan desencaminado, pues. O quizá el portavoz del Centro de Estudios Jurídicos y yo estamos igual de mal encaminados, que también puede ser.
Pero no culpo de nada a quienes impartían los cursos de sensibilización a quienes no están preparados para eso. Ellos no decidían que aquellos conductores penados fuesen a clase antes de curarse de su adicción. A aquellos conductores alcoholizados los condenó un juez en virtud de una ley, la del permiso por puntos, que siempre ha sido una chapuza legislativa.
En el mundo de la seguridad vial hay muchas cosas que caen por su propio peso. En clase, suelo decir que la seguridad vial es la ciencia de la obviedad, pero que hay que tomar conciencia de las obviedades para tenerlas presentes. El verdadero problema no ya del alcohol sino de la seguridad vial de nuestro país es que más de un responsable de la seguridad vial de nuestro país sigue ciego ante tanta obviedad.

FUENTE: Texto tomado de la Revista española Circula Seguro 

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Pavimentando trazados viales obsoletos

La toma fotográfica dice mucho (SEGVIAL BOYACÁ)
Quiero dejar un tema para discusion, que siempre se ha comentado pero no se ha socializado de manera, que se busque una alternativa de solucion:

Las entidades territoriales, llámense alcaldias presentan en sus planes de desarrollo relaciones o listados de algunas necesidades de sus comunidades, las cuales plasman en proyecto para transmitirlos al orden departamental o nacional para la gestión de recursos finacieros.

En la mayoria de los casos, y en el tema que nos reune en este blog, se presenta el proyecto con el indicador "Kilometro de via pavimentada", como el objetivo final a cumplir, que es una "obra a inagurar".

Sin embargo, estos proyectos carecen de un estudio técnico más a fondo de las especificaciones geométricas de los trazados, de toda la estructura del pavimento (suelo de fundación, subbse, base, carpeta de rodamiento, drenajes etc.) y de las condiciones reales de operación del tránsito. Finalmente se termina mejorando la superficie de rodadura y por consiguiente dando la posibilidad al conductor de aumentar la velocidad del vehiculo cuando las condiciones geométricas de la vía no lo permiten. Como consecuencia, se habilitan tramos de vía con alto riesgo de accidentalidad.

Me gustaria conocer sus comentarios al respecto, y agradezco la oportunidad de poder exponer situaciones, para discutir y dar nuestro aporte como profesionales en el tema.

Dilsa Pulido
Ingeniera en Transportes y Vías

lunes, 29 de noviembre de 2010

"Yo sé conducir"

Archivo SEGVIAL BOYACÁ (Nov./2010):
Toma fotográfica en la Avenida Norte de TUNJA.
Posted: 25 Nov 2010 07:28 AM PST
Cuando uno es adolescente, se empeña en ocasiones en demostrar lo bueno que es en algo, o lo mucho que sabe, o lo bien que se le da un deporte… incluso quiere demostrar lo que nadie le pide que demuestre. Quiere llamar la atención, y obtener la aprobación de otros para sentirse más a gusto.
A más de uno le he oído decir/leído “Yo sé conducir”. Perdona, pero meter primera y segunda en una urbanización o un camino de tierra no es saber conducir, es tener una idea de cómo hacer moverse a un coche. Incluso se lo oigo a los alumnos de autoescuela: “Yo sé conducir”.
Lo siento, pero no. Estás aprendiendo a circular, que no es lo mismo. Saber conducir es algo que viene con la experiencia, los kilómetros, y los años. Puede que a lo largo de una vida ni a base de kilómetros ni de años aprendas a conducir correctamente, de la misma forma que no todas las personas de 70 años son catedráticas de castellano a fuerza de escribirlo y hablarlo.
Vale, ha habido gente que se ha jugado el tipo y ha conducido en carretera abierta, con o sin acompañante adulto, incluso desde cuando tenían 12 años. Tenemos por ahí excepciones como “El Pera”, de niño ya era casi un delincuente que robaba y cogía coches… y ha acabado enseñando a la Guardia Civil el dominio del volante.
Pero me temo que hablamos de otro tipo de caso, el mayoritario, en el que un todavía niño se afana en demostrar que conduce, que tiene experiencia, que es maduro… cuando la madurez pasa por no pretender alardear de esas cosas y no se busca la aprobación externa de nuestras acciones (o nos trae sin cuidado).
Si tienes menos de 18 años y lees esto, por favor, fíjate bien en mis palabras. No sabes conducir. Puede que en un juego de coches puedas pegarme una paliza, y eso que he sido un jugón sin remedio, pero me temo que al mando de un coche de verdad, las cosas son muy distintas. Pero tranquilo, acabarás aprendiendo.
Llega un momento ansiado en el que ya tenemos carnet. Una vez obtenido el “rosa” (ahora es una tarjetita), ya sabemos conducir. ¡No! Hemos superado un examen que acredita que tenemos unas mínimas aptitudes, conocimientos, y por qué no decirlo, suerte. Pero eso no es saber conducir.
A otros les llega el momento cuando descuelgan la “L” al cabo del año. Ya saben conducir, y también se equivocan. Tienen un año más de experiencia, pero les faltan callos. Ya ni me sorprende leer que gente con la “L” recién horneada pretende dar lecciones de conducción deportiva y que ha “ganado” a cierto coche en una carretera pública.
Ni Fernando Alonso a los 18 años sabía conducir. Sabía pilotar, y se le daba mejor que lo que se me dará a mi en toda mi vida, pero no había circulado en el tráfico (al menos legalmente, hecho que desconozco). ¿Y los que iban en ciclomotores? Que levante la mano quien pueda dominar una moto de 1 litro habiendo llevado solo ciclomotores.
En fin, con el tiempo, ganamos experiencia, y dependiendo de cada persona, llega el momento en el que ya se considera un conductor magnífico, que ya sabe conducir. Mi abuelo dijo en uno de sus libros que hay tres tipos de conductores: los que no saben, los que saben, y los que creen que saben. Al último grupo pertenecemos casi todos.
¿Sé conducir? Bueno, a estas alturas, seis años y unos 200.000 km, diría que tengo una idea bastante fundamentada de lo que es, tras haber conducido más de 250 coches (un día haré el recuento). Pero admito que hay gente que conduce mucho mejor que yo, y desde luego, no lo sé todo.
Participé el otro día en un evento con varias actividades en las que por ejemplo había slalom cronometrado. Mis tiempos entraban dentro de la normalidad, pero el segundo o segundo y pico que me separaban de otros más veteranos, se me hacía imposible de conseguir. Sigo necesitando madurar más, no lo sé todo.
Desde luego, cuando un adolescente me dice que sabe conducir y pretende retarme, admito que me puede dar hasta risa, pero si me reta un tío de 50 años con la cabeza llena de canas… vale, no me voy a reír. A lo mejor el canoso este me pega un repaso que me deja tieso, mejor que no lo subestime.
Cuando uno presume de lo que sabe, cierra las puertas al aprendizaje. Entiendo que a Antonio Gala ya no le pueda enseñar el alfabeto o los tiempos verbales porque se reiría de mi. Pero habrá otras cosas en las que estos señores puedan aprender algo que no sepan o no dominen… no son dioses.
El arquetipo de conductor español es arrogante, se cree mejor de lo que es, y eso influye luego en las malas apreciaciones o los errores de medición. Cuando uno se cree que lo sabe todo… ¡apaga y vámonos! Dijo un gran sabio de la antigüedad: “Yo solo sé que no sé nada”. Su nombre era Sócrates, el maestro de Platón.
Al volante es mejor un poquito de humildad, reconocer que no dominamos totalmente el arte de la conducción, y que hay disciplinas que se nos escapan. Por ejemplo, Kimi Raikkonen es Campeón del Mundo de Fórmula 1, y en el Campeonato de Rallies su participación no es tan buena. También habría que ver a Sebastien Loeb en un Fórmula 1.
Una persona de por ejemplo 40 años que ni aprende ni quiere aprender, porque “ya sabe”, está haciendo lo mismo que cuando era un adolescente, pero de otra forma, y sin darse cuenta. Es un impulso muy humano, admito que a veces intenta poseerme y me lanza a querer demostrar que yo soy tal o yo soy cual.
Hay que abrir un poco nuestra mentalidad. Lo más seguro es que pertenezcamos a ese segmento de población “que cree que sabe”, por lo tanto no hay que negarse nunca a aprender, ni admitir errores, ni a corregirlos. Estudiantes hay muchos, pero sabios consagrados… poquitos, y ellos no suelen pregonarlo.
¿A que nadie se imagina a Stephen Hawking retando a alguien a decir las primeras 100 potencias de 2? Pues eso.

Nota de la Dirección: el texto fue transcrito de la Revista española Circula Seguro

sábado, 27 de noviembre de 2010

DOBLE CALZADA - VARIANTE PUENTE BOYACÁ

El Consejo Superior de Política Fiscal – CONFIS,  en su acta No. 336 del 17 de julio de 2008 “aprueba la revisión al plan de aporte estatal requerido para la modificación a los contratos de concesión de acuerdo con las anualidades y metas físicas descritas en el cuadro anterior. De esta manera, el INCO puede continuar con los trámites correspondientes ante el DNP y el CONPES"
En este documento el CONFIS le asigna $195.146 millones a este proyecto con las siguientes vigencias futuras:
Año 2010           $16.192 millones
Año 2011             47.810
Año 2012             86.577
Año 2013             44.567
Con esta autorización en  el documento CONPES 3535 de JULIO 18 de 2008  se aprobaron $235.146 millones como partida global para la construcción de las variantes de Tocancipá y Puente de Boyacá con recursos de vigencias fiscales  de los años: 2010, 2011, 2012 y 2013.
El CONPES 3536 de julio 18 de 2008 de acuerdo con el Plan de Desarrollo 2006 – 2010 consideró de importancia estratégica la etapa I del “Programa de corredores arteriales complementarios de competitividad”
Este programa está conformado por 19 corredores  y se incorporan los siguientes trayectos para el departamento de Boyacá:
No. 2: Vía transversal de Boyacá: Tramo: Aguazul – Toquilla – El Crucero
No. 4: Vía Troncal Central del Norte (Tunja – Cúcuta): Tramo: La Palmera – Málaga
No. 5: Vía transversal de Boyacá: Tramo: Chiquinquirá – Pauna – Borbur – Otanche – Dos y Medio – Puerto Boyacá.
No. 10: Vía alterna al Llano: Tramo: Sisga – Machetá – El Secreto.
De acuerdo al Plan de Desarrollo, este programa se ejecutará en un periodo de diez años, del 2007 al 2016 y será coordinado por el INVÏAS.
Para la estructuración del programa en esa vigencia el INVÍAS contaba con $30.000 millones
El Ministerio de Transporte priorizó y definió varios tramos para ser desarrollados en la etapa durante el periodo 2008 – 2012, entre los cuales aparece:
No. 12 Transversal del Sisga – Machetá – El Secreto: 84 kms. - $75.000 millones.
Es importante señalar que este proyecto no hace parte de la doble calzada BTS como sí lo muestra explícitamente el documento  para los proyectos 18 y 19: Doble calzada Bucaramanga – Cúcuta y Bogotá – Buenaventura, respectivamente.
El costo de esta etapa asciende a $2.5 billones de 2008  con recursos de inversión del presupuesto general de la nación durante cuatro vigencias fiscales 2009 a 2013.
El documento CONPES 3563 de diciembre 30 de 2008 “ratifica el concepto favorable emitido mediante documento CONPES 3535 de 2008 para la prórroga  o adición de los contratos de concesión vial”
El documento incluye once proyectos de la lista del CONPES 3535 que el CONFIS de diciembre 26 de 2008 evaluó y avaló fiscalmente las prórrogas o adiciones de los  contratos de concesión. Lamentablemente en esa lista no se consideró la construcción de las variantes de Tocancipá y Puente de Boyacá.  
Finalmente el documento CONPES  3644 de febrero 15 de 2010: “Concepto previo favorable para la adición del contrato de concesión vial Briceño – Tunja – Sogamoso” le asigna recursos a la transversal del Sisga.
El INCO  y el INVIAS suscribieron un Convenio Interadministrativo para materializar el desarrollo del proyecto.
El Mintransporte y el INCO incorporaron dicho tramo a la concesión vial Briceño – Tunja – Sogamoso.
El CONFIS en sesión del 15 de febrero de 2009, evalúo y avaló fiscalmente los aportes estatales necesarios para la adición del contrato de concesión que se presenta en este documento.
El valor de las obras y del mantenimiento del tramo serán remunerados al concesionario con los aportes establecidos en el convenio interadministrativo suscrito entre INVÏAS y el INCO, según la tabla y con los ingresos recaudados en el peaje Machetá que para el efecto será cedido al concesionario a partir del año 2010 hasta el 2016, con lo cual se garantizará el mantenimiento de la vía por tres años contados desde la fecha de terminación de las obras.
Este documento se soporta en el CONPES 3535 sobre la construcción de las variantes de Tocancipá y Puente de Boyacá que no tienen relación con  la transversal del Sisga.
El proyecto tiene previstos $79.998 millones con vigencias futuras distribuidas así:
Año 2010  $15.877.229.218
        2011    22.314.042.720
        2012    20.106.331.331
        2013   16.800.526.670
        2014     4.899.870.061
Como resultado de las consideraciones anteriores se requiere volver el proyecto de la variante del Puente de Boyacá al CONFIS y al CONPES  para que sea evaluado y avalado fiscalmente.
Es prioritario habida consideración que el INCO dispone de los diseños y presupuesto para la construcción, y ya adquirió el TREINTA POR CIENTO (30%) DE LOS PREDIOS
JAIRO VARGAS BUITRAGO
Ingeniero Industrial
Bogotá, noviembre 18 de 2010

viernes, 26 de noviembre de 2010

Las leyes por sí mismas no hacen historia

EDUCACIÓN VIAL: Las leyes por si mismas no hacen historia, SI su aplicación.
 
Hace 25 años nació el ISEV y comenzamos a “andar” un largo camino para lograr un cambio de cultura vial en los comportamientos de los usuarios de la vía pública en la movilidad de la sociedad.

Aunque aún estamos muy lejos, es importante destacar que los primeros grandes pasos se están dando y por primera vez comienza a percibirse el horizonte.

Nunca dejamos de sostener que la herramienta fundamental para obtener resultados eficientes en materia de seguridad vial, a partir de la “construcción de la conciencia del riesgo vial”, era la Educación. Y ello sin desmerecer de manera alguna las acciones relativas al campo de la ingeniería (vial y vehicular) y del control y la sanción.

No hay “disyuntiva”, no se trata de uno u otro, no hay “educación vs. control”.
Hay “conjunción”. Se trata de unir, sumar, combinar uno y otro. Hay “Educación y Control”.


El problema de la Educación (que logra el cambio de hábitos y la adquisición de valores), es que implica tiempo –mucho- y persistencia. Frente a ella, las otras “herramientas”, como la ingeniería y el control, son rápidamente visibles (aunque sean aisladas, inorgánicas y oportunistas – “mientras las cámaras de tv están encendidas”).

Para quien pretende el rédito político inmediato, estas últimas son una “tentación”.

Por eso decimos que, aplicar a la Seguridad Vial, una política “disyuntiva” es política (en minúscula) de “haraganes”.

Dos grandes “lemas” nos alientan en el camino.

El de nuestro Libertador, Don José de San Martín: “Sin educación NO hay sociedad” (siempre presente en las ediciones gráficas de la Revista Seguridad Vial desde el primer número hasta el número 83, último ejemplar antes del comienzo de la edición electrónica); y el de Paulo Freire: “Las cosas no son así, están así y vamos a cambiarlas” que encabeza nuestro Portal de Escuela Segura.

Los últimos años han sido muy importantes en materia de Educación Vial en nuestra Argentina. No porque hoy esté presente en las aulas, sino porque ha ingresado en un proceso institucional de nuestra política global difícil de torcer o eliminar.  

Podrá demorarse o entorpecerse; no ser eficiente en sus inicios o inadecuada en algunos contenidos. Pero todo ello es perfectible.

Lo esencial es que a partir del ciclo 2011 la Educación Vial  ingresará a nuestras aulas de la mano de quién corresponde: nuestros profesionales de la educación, nuestros docentes.

Y esta decisión política (aún inadvertida en sus verdaderos alcances, por muchos en nuestra sociedad) es la que inicia el proceso institucional referido.

Acompañamos al Estado cuando en 1986, dictó la Ley 23.348, haciendo obligatorio el dictado de la Educación Vial.

Desde ese año hasta hoy aprendimos una lección enorme (y muy dura): las leyes por si mismas no hacen historia, SI su aplicación.
 
Por eso hoy acompañamos al Estado en su decisión política de APLICARLA.

Hemos acompañado, junto al Sector Privado más conciente del problema y su Responsabilidad Social, a todos los Gobiernos Provinciales y Municipales que así lo quisieron, a través del Programa Escuela Segura.

Acompañamos hoy a la Agencia Nacional de Seguridad Vial, al Ministerio de Educación de la Nación y sus “brazos” ejecutivos: el Portal Educ.Ar y el Canal Encuentro en los programas y acciones, propios y ajenos, que hacen y harán realidad la instrumentación de la decisión política tomada.

Y estaremos acompañando mañana ,  a quien continúe la responsabilidad de construir la parte de la “rueda” que le toque.

Consejo Directivo ISEV
Buenos Aires, 16 de octubre de 2010

Dr. Eduardo Bertotti
Director ISEV

viernes, 19 de noviembre de 2010

La prevención vial en familia, un proyecto de vida

La sabiduría popular, basada en el sentido común, sentenció para siempre que es mejor prevenir que tener que lamentar o algo parecido que es mejor prevenir que curar. Sea como se haya dejado en la mente y boca popular para la tradición, el sentido común y los hechos han indicado e indican que así es.

Tratándose de la siniestralidad vial, y según las frías estadísticas oficiales, hay que resaltar que ella deja diariamente muertos, heridos, intenso dolor y pérdidas sociales y económicas de enormes proporciones.

Sobre las causas aparentes de la siniestralidad vial se observa (vistas al detalle) que se repiten, casi mecánicamente, en los informes de los organismos de control, cuando las consignan en registros oficiales: fallas mecánicas (motor, llantas, frenos, líquido para frenos; embrague, dirección, luces, caja de velocidades, cortos circuitos, refrigeración,  etc.) , "falta de mantenimiento vehicular preventivo"; exceso de velocidad, sobrecupo de pasajeros o de carga; deficiencias en especificaciones técnicas de diseño, construcción y mantenimiento de la infraestructura vial, falta de señalización; deficiencias físicas y psíquicas del conductor (sueño, reacciones retardadas, acciones o reacciones voluntarias agresivas y temperamentales, "rabioso" manejo a la ofensiva), conducción vehicular en estado de alicoramiento“; imprudencia del peatón o del conductor, desconcentración y descuidos del conductor; invasión del carril de sentido contrario, contravenciones a normas y señales de tránsito, comportamiento inadecuado de los pasajeros, mala estiba (acomodación) de la carga, etc.

Muy grave cosa es que las familias, cuyo conjunto conforma la sociedad, paralelamente a su compleja y pesada dinámica de la vida diaria, tengan que cargar irremediable y dolorosamente, con las costosas secuelas del fenómeno indeseado y muchas veces prevenible de la accidentalidad vial.

Según lo ha publicado el Instituto Colombiano de Medicina Legal (1) la accidentalidad vial en Colombia, en el año 2009, produjo 5.796 muertos (20 por ciento de los muertos por acciones violentas); además, estableció que para el período 2000- 2009 se calculó una tasa de 12,1 muertos por cada 100.000 habitantes, que es alta en comparación con los mismos indicadores para América Latina y para el Mundo. Agrega el citado Informe que Independientemente de la cifra registrada tanto en muertos como en lesionados, vale la pena resaltar que la afectación de la vida social que producen estos efectos, bien valdría la pena que fueran ubicados como prioridad en la agenda pública; esto implicaría una reorientación de la política de prevención.

Por su parte, el Fondo de Prevención Vial (2) estableció, en sus estadísticas, que  el costo nacional por accidentalidad vial fue de 3,0 Billones de pesos en el año 2007; y en Boyacá, para el mismo año, alcanzó la importante cifra de 29.318 millones de pesos. Gran parte de estas sumas, en costos de oportunidad, hubieran servido bastante bien a la comunidad en mejoramiento de calidad de vida, si la cultura colectiva de prevención ( en su vivencia diaria)  hubiera evitado o reducido, de manera significativa, la accidentalidad vial.

El investigador Domingo Dueñas (3) en comentario de referencia a la magnitud del problema, de conformidad con las cifras aquí citadas señala:“ es alarmante y quizás es el más grave problema social que está sufriendo el país; se debe tener en cuenta que el registro de accidentes usualmente es incompleto; a manera de ejemplo, el profesor Antonio Valdez en el libro Ingeniería de Tráfico, menciona que en un estudio realizado en California, se encontró que solo se había registrado el 44% de los accidentes, y de los que no habían producido víctimas solamente había datos en el 38% de los casos. Luego por magnitud real el problema es más grave del que se puede deducir con las estadísticas existentes.” 

Lamentablemente, las causas reales de la accidentalidad vial no siempre se establecen, y la rigurosidad técnica o científica de los análisis para tratar de lograrlo se oculta, o lo que es peor se desconoce de manera inexplicable y marcadamente inconveniente para la vida de toda la sociedad. Se pierden, de manera indolente, voluntariosa y poco responsable, muchas de las lecciones que dejan los accidentes de tránsito; y éstos se repiten y se repiten, afectando a más y más actores y familias forzosamente vinculados, que terminan casi siempre asignando, en pleno siglo XXI, tan lamentables sucesos al destino señalado (sino fatal) y a la mala suerte. Legalmente se asigna, de manera inmediata y directa, al conductor de automotores mucha o casi toda la responsabilidad de los siniestros viales porque aparente o realmente la tiene. Pero la responsabilidad ética y social trasciende y en mucho el ámbito personal de quien, ocasional e infortunadamente, incurre en eventos prevenibles de siniestralidad vial. En esto nadie está exento de culpabilidad social pues a la luz de la razón y de la lógica (más que de la letra de los reglamentos) toda acción de prevención de la siniestralidad vial debe promoverse y utilizarse de manera sostenida y muy seria con base en prácticas de rigor técnico y científico pertinentes; no hacerlo prolonga  y magnifica, por omisión gravosa y dudosa intención, la responsabilidad estatal y social al respecto.

Las costosas campañas publicitarias sobre el fenómeno de la seguridad vial, en la realidad, no reflejan con la fuerza requerida el propósito de vincular metódicamente a la población en las prácticas de la prevención, y se toman con menor seriedad e importancia que aquellas referentes a la promoción generalizada de consumos de bienes o servicios, como ocurre con las propagandas sobre el consumo específico de bebidas alcohólicas o de cigarrillos que, de taquito, de manera atropellada y burlesca “en cumplimiento de la ley anuncian que : el consumo excesivo de es perjudicial para la salud“.

 "... las campañas publicitarias para la venta de automóviles y motocicletas sí reflejan que están convirtiendo este tipo de mercancías en uno de los objetivos principales que debe tener “todo ciudadano”; factiblemente, la reciente Feria del Automóvil tuvo más visitantes niños (futuros compradores) que adultos, y en la televisión se “bombardea” incesantemente en horarios infantiles propagandas sobre las “grandes bondades” del automóvil o de la motocicleta y nada se dice sobre educación vial o sobre el uso y ventajas de otros modos de transporte tales como la bicicleta y el caminar“ (4).

Por su parte, la publicidad en aspectos de la seguridad vial que debiera ser muy seria, permanente, gratuita (o a muy bajas tarifas por ser un servicio social de vida o muerte) e intensa por su importancia social siempre vigente, parece ser simplemente teórica, oportunista, sin compromiso social objetivo, marcadamente subjetiva, sin consistencia, de discutible o dudosa pertinencia (al parecer, se orienta más a crear pánico que a sensibilizar a la población sobre comportamientos estructurales para la convivencia, la solidaridad, el respeto, la participación familiar y comunitaria, y la cultura vial); esa publicidad, por todo eso, es ineficiente, y en esas condiciones, cualquiera que sea su tarifa, hace que el Estado incurra, en una oportunidad más, en infinitos e injustificables costos económicos y sociales que, como impuestos que son, debieran apalancar técnica y financieramente proyectos prioritarios y pertinentes de sentida conveniencia social .  

Nadie está blindado en contra de los efectos e impactos de la siniestralidad vial que ronda, de manera tácita y permanente, por todas las calles y carreteras, y que hace parte, casi siempre soslayada, del subconsciente popular.

Problema de envergadura mayor es la carencia casi absoluta de sensibilidad social, o peor de desconocimiento intencionado, sobre la potencialidad creciente en la ocurrencia de accidentes de tránsito y sobre su real importancia, gravedad y trascendencia, en especial, desde el punto de vista de las familias que, de manera intempestiva y abrupta, deben  alterar su modus vivendi porque son implicadas en las consecuencias de esos siniestros eventos.

El logro sostenido y creciente de la Seguridad Vial no depende, como se ha creído, de la fría, simple e impersonal existencia de normas, señales, controles y reglamentos cuyo cumplimiento casi discrecional y laxo ha inducido, con alta frecuencia, a distorsiones, interpretaciones leguleyas, burlas, incumplimiento, sobornos y olímpicos esguinces publicitarios en detrimento, desde luego, de la seriedad de las mismas normas y de la calidad de vida de los ciudadanos.

El asunto es de importancia y gravedad tales que implica, con fuerza mayor, las conductas y comportamiento diarios de todos los actores incidentes en las condiciones del tránsito peatonal y vehicular y de la comunidad entera; para cuyos cambios deseados de actitud colectiva, hay que reconocerlo y denunciarlo, no estamos seriamente preparados ni conscientes.

Las campañas sobre Seguridad Vial debieran buscar afanosamente la reducción continua, permanente y a toda costa de los índices de accidentalidad con la firme intención y trabajo para tratar de reducirlos, deseablemente a CERO, mediante la metodología adecuada de conscientización y sensibilización familiar y comunitaria, y privilegiando el cultivo del sentido común, el respeto, la responsabilidad familiar y social, la racionalidad y, en fin, la CULTURA VIAL (componente importante de cultura general) en todas las actuaciones pertinentes de la población.

Se sabe que el Observatorio Boyacense de Movilidad y Seguridad Vial - SEGVIAL BOYACÁ - está a punto de presentar, (para conocimiento, análisis y demás fines pertinentes) ante los organismos y autoridades competentes, su innovador proyecto Sensibilización familiar de la prevención vial; y se registra que lanzó, con relativo apoyo y  por sus propios medios (página WEB: http://observatoriosegvial.blogspot.com/ - a manera de ensayo y sana provocación)  la campaña permanente: La prevención vial en familia es fuente de salud pública y de vida para todos, incluso para Usted. Estas iniciativas bien intencionadas y viables podrían ser consideradas y apoyadas, por las instancias de competencia y por las comunidades, como estrategia fundamental para inducir a la sociedad entera, y a todas las organizaciones de ésta, a tomar conciencia vial desde la base familiar que es, a juicio de varios estudiosos, irreemplazable; y que puede ser muy eficiente si se toma en serio y como fundamento determinante de CULTURA VIAL sostenida y creciente. En esto, como en tantos otros aspectos, BOYACÁ podría constituirse en Departamento Piloto de Colombia; desde luego, que con la participación amplia, voluntad y esfuerzo de todos, según la capacidad de acción y la responsabilidad social de cada quien.

La Prevención Vial no puede ser de temporada u ocasión, ni reservada a oficio, autoridad específica o estrato poblacional alguno, ni una campaña publicitaria, ni un efervescente eslogan , ni propiedad de alguien porque la afectación de la siniestralidad es generalizada y universal.  La prevención de la accidentalidad vial debe ser una conducta de estructura social, una cultura que hay que incrementar, sostener y cualificar día a día, persona a persona, familia a familia, empresa a empresa, y poder a poder; ésto puede lograrse socializando y sensibilizando intensamente sobre su filosofía, necesidades y compromisos en toda organización social. Comenzando esa estrategia por la familia como célula básica,  puede garantizarse la supervivencia civilizada y autoprotegida de la humanidad y, obviamente, como proyecto de vida con máxima cobertura espacial y demográfica. 

El autor agradece la colaboración calificada y oportuna que recibió de los profesionales Domingo Dueñas Ruiz, Juan Carlos Sánchez  Suárez y de otras personas, en la preparación y publicación de este escrito.          

Todo comentario objetivo sobre este tema será bien recibido y valorado, por el Observatorio SEGVIAL BOYACÁ, para la construcción de conocimiento sobre Seguridad Vial y en la formulación de propuestas viables, innovadoras y pertinentes de Prevención Vial.

HUGO ARIAS CASTELLANOS
Ingeniero en Transportes y Vías

(1) Ver “Forensis 2009: datos para la vida”
(2) Ver datos estadísticos del Fondo de Prevención Vial citados por el ITBOY  en su propuesta de Plan de Seguridad Vial para Boyacá.
(3) DUEÑAS, Domingo. Comentarios sobre el tema” La prevención vial en familia, un proyecto de vida”.
(4) Ibídem