El otro día leí un interesante artículo en la revista Motociclismo en el que después de hacer una comparativa entre motocicletas equipadas con ABS, utilizaban los datos recogidos para comparar los datos teóricos obtenidos en una frenada a 100 kilómetros por hora (distancia recorrida entre el punto de accionamiento de frenos y punto de detección de la motocicleta) con la distancia real recorrida si nos encontramos un obstáculo desde que lo vemos hasta que podemos detener la motocicleta.
De esta forma, asombra comprobar que la distancia teórica recorrida por la moto es de unos 41 metros mientras que la real a esa misma velocidad se va hasta los 71,6 metros pero, ¿que otros factores influyen en la distancia de detección? Vamos a verlos.
La variable que más influye en la distancia de frenado es el factor humano, es decir, nosotros mismos y nuestros reflejos para reaccionar ante un imprevisto. Debemos identificar el peligro y reaccionar en consecuencia mientras nuestra moto se sigue desplazando a la misma velocidad y con ello, recorriendo un montón de metros.
El tiempo que el ser humano tarda en identificar un objeto como peligro es de aproximadamente una décima de segundo. Esto traducido a distancia son un poco menos de tres metros. A continuación, debemos reaccionar en consecuencia, en este caso, aplicando los frenos. De media, cualquiera de nosotros tardará unas ocho décimas de segundo, habiendo recorrido un total de algo más de 22 metros. En total, desde que vemos el obstáculo hasta que empezamos a frenar habremos recorrido unos 25 metros.
¿Ya empezamos a frenar? Pues no, porque todavía hay que tener en cuenta el factor mecánico en la motocicleta ya que existe un retardo entre la orden que aplicamos con la mano en la maneta de freno y el movimiento de los pistones en la pinza de freno. El circuito hidráulico debe coger presión antes de que la deceleración sea efectiva. No es mucho tiempo, tan sólo dos décimas de segundo pero si es lo suficiente para que hayamos recorrido otros cinco metros. En total, durante el momento de pánico y antes de empezar a reducir la velocidad, llevaremos más de treinta metros.
Por fin empezamos a frena y durante tres segundos recorreremos esos 41 metros que comentábamos al inicio que junto con los 30 metros que ya llevamos hará que no nos detengamos antes de 71 metros, y eso teniendo en cuenta que los cálculos están realizados en condiciones óptimas. Si nosotros no nos encontramos bien (cero de alcohol), nuestros neumáticos están desgastados, los amortiguadores en mal estado o el sistema de frenos no se encuentra todo lo bien que debiera, la distancia se puede ir hasta los 80 metros o más.
Es por ello que hay que recalcar una vez más la importancia de la distancia de frenado y que en estos casos, es mejor pecar por exceso que por defecto. Y si queréis experimentar vosotros mismos estos datos, podéis acercaros a una zona sin tráfico y poner vuestro vehículo por ejemplo a 50 kilómetros por hora.
Para comenzar a frenar, hacedlo cuando un compañero vuestro de por ejemplo una voz o una palmada. Luego podéis ver lo que habéis recorrido y pensar si la distancia de seguridad que usáis normalmente es la suficiente.
Por cierto, aunque he hablado de motos, este dato es perfectamente extrapolable a las cuatro ruedas.
Fuente: este texto fue copiado de la Revista Española Circula Seguro (21 dic/2010)
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