Ni pesimismo paralizante ni optimismo adormecedor:
Activismo fundamentado
El conjunto de las ONGs presentes en Cancún durante la celebración de la Convención del Clima de Naciones Unidas, COP 16, han saludado los resultados de esta cumbre como un importante paso adelante en la lucha internacional contra el cambio climático. Y su valoración coincide con la de los organizadores del evento y la del conjunto de las delegaciones de los más de 190 países participantes. La única delegación que se ha opuesto al acuerdo, la de Bolivia, lo ha hecho para reclamar medidas más efectivas.Esta valoración positiva está justificada: a pesar de las bajas expectativas de conseguir acuerdos tras el fracaso de Copenhague, a pesar de una crisis económica que incita a gobiernos y ciudadanía a centrar la atención en los problemas inmediatos, Cancún ha restablecido la confianza en una negociación climática universal.
Todos los países han aceptado, atendiendo a las recomendaciones de la comunidad científica, la necesidad de alcanzar acuerdos vinculantes y justos de fuertes reducciones de gases de efecto invernadero y evitar así que el aumento de temperatura supere los 2°C. Afortunadamente, pues, el negacionismo está perdiendo la batalla y la racionalidad se impone.
Ya no es posible negar la evidencia del fuerte incremento en la frecuencia e intensidad de los desastres climatológicos; del retroceso de las nieves perpetuas que está poniendo en peligro el acceso al agua potable de miles de millones de seres humanos; de la acelerada pérdida de biodiversidad y aumento de la desertificación; de la erosión de las costas con la subida del nivel del mar; de la extensión de plagas, dańos en la agricultura, incremento de las hambrunas y un largo y creciente etcétera de graves consecuencias también económicas.
Ya no es posible seguir hablando de procesos naturales o de apostar por la simple "adaptación" al cambio climático mientras seguimos quemando combustibles fósiles. Como ha afirmado en Cancún el presidente de la Agencia Internacional de la Energía "no nos podemos permitir el lujo de seguir retrasando las actuaciones".
La gravedad de la situación está obligando a rectificar a los gobiernos y Cancún ha supuesto un paso importante en esa dirección, superando el pesimismo que parecía haberse instalado tras Copenhague y retomándose la negociación multilateral. Se ha acordado establecer un Fondo climático internacional (Green Climate Fund), para vehicular las necesarias aportaciones de los países industrializados a los países en desarrollo para que éstos contribuyan también a la reducción de emisiones. Se ha avanzado en el establecimiento del Programa de las Naciones Unidas para la Reducción de las Emisiones Derivadas de la Deforestación y la Degradación Forestal en los Países en Desarrollo, tomando en consideración los derechos de las poblaciones indígenas y la protección de la biodiversidad (UN-REDD). Y aunque todavía no es legalmente vinculante, ha habido acuerdo en que los países industrializados asuman un compromiso conjunto de reducción de emisiones del 25 al 40%, tal como recomienda la comunidad científica.
Aunque somos conscientes de que resulta insuficiente, todo ello debe ser valorado positivamente como pasos en la buena dirección y viene a cuestionar el pesimismo paralizante extendido antes de la Cumbre. Pero debemos evitar igualmente un optimismo adormecedor que puede llevarnos a pensar que los problemas están resueltos y no son necesarios nuevos esfuerzos: todas las medidas acordadas en Cancún han de verse concretadas en la próxima cumbre del clima que tendrá lugar en Durban, Sudáfrica, a fines de 2011. Será allí donde ha de firmarse el acuerdo ambicioso, justo y vinculante prefigurado en Cancún. Tenemos un largo y difícil camino por delante. Los educadores, los medios de comunicación, la comunidad científica y los movimientos ciudadanos debemos ejercer la presión necesaria sobre los responsables políticos para que hagan honor a los compromisos adquiridos en Cancún, firmando y poniendo en vigor el acuerdo. Éstas son razones para un activismo fundamentado que ha de impregnar nuestra labor profesional y ciudadana.
Educadores por la sostenibilidad
Boletín Nº 57, 17 de diciembre de 2010
http://www.oei.es/decada/boletin057.php
Boletín Nº 57, 17 de diciembre de 2010
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