lunes, 21 de mayo de 2012

LA EDAD, ¿UN IMPEDIMENTO PARA CONDUCIR...?


 
Carlos Julio Martínez Pérez*

El devenir de la  vida, es el mejor indicador que nos permite establecer las condiciones humanas, físicas e intelectuales en nuestro largo trasegar por este valle de conocimientos y experiencias, en un mundo,  donde  su accionar esta enmarcado en todo aquello que permita la reciprocidad con nuestro entorno.
Resulta paradójico, que cuando el individuo está en plena capacidad de discernir entre lo que se debe hacer y lo que no es debido, llega el tiempo y le arrebata ese libre derecho de poder manifestar su complacencia de vida, con todo aquello que le dio sabiduría, pero que hoy, se lo quita por aquello del desgaste normal en nuestra estructura orgánica y funcional de la materia humana.
Referenciando una posición netamente mística, podemos decir, que lo anterior se fundamenta en aquella actitud puramente creyente de considerar, que todo tiene un principio y un fin, y de verdad, que hay razón en ello,  pues los constantes  movimientos naturales en sus diferentes ciclos nos lo han demostrado así.
Por tal razón, queremos traer un tema fundamental de nuestro diario vivir, constituyéndose en argumento de análisis de investigadores que se dedican a observar experiencias de comportamiento en  la conducción de  automotores en  aquella franja de conductores que ya atraviesan cierta edad (adulto mayor) y se establecen en actores indirectos de  riegos en nuestras vías y carreteras.
De verdad que lo anterior es un tema de gran relevancia para nuestra sociedad actual, una sociedad, que exige mas retos como forma de lograr mayor independencia y así lograr ese desarrollo en nuestras ciudades, pero eso si, con el concurso y participación de todos aquellos que nos legaron las bases para construir un mundo mejor. Por todo lo anterior y siendo justos con nuestra sociedad en general,  hoy existen y, con gran juicio, grandes ejércitos de especialistas  en el mundo entero, investigando formas que procuren que todos, no importando la edad, podamos seguir conduciendo nuestros automóviles como herramienta fundamental en nuestro diario vivir.
La idea es permitir que con el paso de los años y cuando no estamos en un ciento por ciento, que nunca lo hemos estado así sea en edad temprana, de nuestras capacidades físicas y mentales, la tecnología pueda suplir aquellas deficiencias con cierta implementación que permita el normal avance de vida en nuestros abuelitos; para lo cual y, a manera de reseña, quiero comentar una acción que la Universidad de Newcastle viene realizando con nuestros adultos mayores que  consiste en tener conectados sus automóviles a través de cierta diversidad de elementos electrónicos que permitan instrumentos de navegación confiable como: sistemas de mirada nocturna para conducir en la oscuridad y controladores inteligentes de velocidad, pues con ellos, dice el estudio,  se podría establecer la concentración e interés en nuestros conductores  como el nivel de estrés y hábitos de manejo  para determinar el grado de adaptabilidad y funcionalidad al tiempo de conducir.
La experiencia obtenida de nuestros mayores, en la materia, nos servirá para que en un futuro no muy lejano podamos asumir lo presente con mayor interés y lejos de aquellas situaciones de incomodidad, que para algunas culturas sin el buen desempeño tecnológico,  resultaría demasiado complicado.
Por lo demás es cuestión de adquirir  compromiso institucional en nuestras entidades del estado a la hora de permitir la comercialización de vehículos,  ellos, en gran parte, son los responsables de la seguridad en una generación que aunque hoy no sea el motor de nuestro desarrollo, si lo fue en épocas pretéritas, al fijar el  impulso que en la actualidad les asiste a  nuestros pueblos.

*Ingeniero Civil - Esp. En  Gobierno y Gerencia Territorial
Subgerente Operativo - Instituto de Tránsito de Boyacá - ITBOY
Tel : 7450909 ext 110.

CONTÁCTENOS: < observamoslaseguridadvial@gmail.com >

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