jueves, 11 de octubre de 2012

Si conduces con lluvia, modera la velocidad*


Posted: 29 Sep 2012 10:08 AM PDT
Luvia por anieto2k
Las estadísticas por estas fechas nos dicen que los días de lluvia, el número de siniestros en carretera crece considerablemente. Estamos en una estación lluviosa y tenemos que prever que en cualquier momento de nuestro desplazamiento en coche nos puede sorprender una tormenta.
Conducir con lluvia nos obligar a realizar un sobre esfuerzo y en consecuencia puede que nos afecte hasta el punto de hacer que nuestra visión, tiempo de reacción y gestión del espacio se vean mermados con el riesgo de sufrir un siniestro vial si el viaje es largo y la carretera es monótona.
Por tal motivo, al volante tenemos que prestar muchísima atención cuando veamos que empieza a gotear para evitar riesgos. La conducción ante esa situación climatológica adversa nos obliga a anticiparnos ante posibles acontecimientos que puedan ocurrir. Pero… veamos más recomendaciones:

Revisa el dibujo y presión de los neumáticos

Hay que tener cuidado con las primeras gotas de lluvia, ya que son las más peligrosas para la conducción, especialmente después de un largo periodo sin llover, debido a ese barrillo resbaladizo que se forma en la calzada por la mezcla de agua y suciedad que va depositándose en el tiempo con el paso de los vehículos.
Como el principal efecto que se produce con la lluvia es la disminución de la adherencia del neumático sobre el asfalto, es conveniente por estas fechas revisar su presión y dibujo. Es conveniente llevar la presión adecuada para tener un mejor contacto con el suelo y así evacuar el agua de lluvia.
Un asfalto muy mojado con escasa capacidad de filtración más un neumático con su dibujo desgastado nos puede provocar el efecto acuaplaning por la pérdida de contacto entre neumático y pavimento. Ante esta situación, para no perder el control sobre la dirección debemos soltar suavemente el acelerador, agarrar firmemente el volante y no pisar el freno.

Evita riesgos innecesarios al volante

Los principales efectos que se producen con la lluvia son: la disminución de adherencia del neumático sobre el pavimento y el aumento de la distancia de detención en el caso de utilizar el sistema de frenado. Ante esta situación tenemos que aumentar la distancia de seguridad para evitar las temidas salidas de vía en tramos curvos y las colisiones por alcance ante la afluencia de vehículos.
Tanto si conocemos el trazado o no, debemos tener especial atención sobre los badenes y zonas inundables. Arriesgarse a cruzar por una zona cubierta de agua sin saber su extensión y profundidad no merece la pena, ya que en el caso de que nos permita avanzar puede que afecte a la eficacia de los frenos e incluso al motor si existe gran acumulación de agua.
Por último, si vemos que la lluvia persiste hay que hacerse ver y para ello es conveniente utilizar la luz de cruce para ser visto. En el caso de lluvia abundante y visibilidad reducida ademas de la luz de cruce se deberá encender la luz antiniebla sobre todo la trasera sin olvidarnos de que tenemos que apagarla cuando ya no sea necesaria para no molestar a los vehículos que nos siguen.
Foto | Anieto2k
En Circula Seguro | ¿Estamos preparados para la lluvia?
Posted: 28 Sep 2012 10:02 PM PDT
Google Car
Curiosa coincidencia en el tiempo. Mientras en Europa llega a su fin el proyecto SARTRE, en América California sigue los pasos del estado vecino, Nevada, y de Florida, y permite ya que los coches se conduzcan por sí mismos. Hasta la fecha, habíamos visto alguna que otra prueba aislada en aquel estado, pero es de suponer que debía estar expresamente autorizada. Ahora, se abre la veda. La conducción autónoma tiene la consideración de legal.
¿Qué importancia tiene este hecho para la seguridad vial? Mucha. Ya comentamos hace un tiempo, a raíz de las pruebas de Google con su coche autónomo, que el futuro de la movilidad podría pasar por máquinas que nos trasladasen por sí mismas de la misma forma que lo hacen los trenes teledirigidos… sólo que en un entorno infinitamente más complejo que la vía del ferrocarril.
De momento, la legislación de California deja muy claro que en el coche tiene que viajar una persona provista de la autorización administrativa necesaria para conducir, de manera que no dejamos de lado la idea de la experimentación. Una experimentación que se remonta a varias décadas de investigación tecnológica.
La idea de la conducción autónoma se vio por primera vez en la sección Futurama, dentro de la Feria Mundial celebrada en Nueva York entre 1939 y 1940. Tras la Segunda Guerra Mundial General Motors hizo sus pinitos con el tema, y a partir de los años 70 Japón en primer lugar, Estados Unidos después y Europa por último investigaron cómo sería un coche que se condujese por sí mismo.
Google Car

La conducción autónoma según Google y según Volvo

Desde principios del siglo XXI quienes más ruido mediático están generando alrededor de la cuestión son los investigadores de Google. Hay otros equipos trabajando en el tema, como los de varias universidades y, o en colaboración con, BMW, Ford, General Motors, Honda, Hyundai, Mercedes, Nissan, Toyota, Volkswagen y Volvo. Pero en Google saben venderse bien, y en ese sentido no dudan en afirmar que la conducción autónoma será de uso común en un plazo de diez años más o menos.
Y ya sabemos que donde Google pone el ojo… pone el interés comercial. Las imágenes que acompañan este texto están tomadas de un vídeo promocional del coche autónomo de Google, que para la ocasión fue probado por un señor invidente con la compañía de un técnico de la empresa de Mountain View.
Ahí es donde Google pone el acento de su prodigio tecnológico, que lo es. Si en agosto los coches autónomos de Google habían recorrido 480.000 kilómetros, echándole un cálculo rápido la experiencia acumulada debe de haber superado ya el medio millón de kilómetros sin un solo siniestro achacable al sistema. La única vez que chocó un coche de estos fue cuando lo llevaba uno de sus conductores en modo manual. Claro, esto le da alas a Google para vender su invento:
¿Y Volvo? ¿Cómo acabó el proyecto SARTRE? Bien, de momento lo que ha acabado es la fase de pruebas realizadas por carreteras abiertas al tráfico. Ahora se están mejorando los procesos de comunicación entre los coches que forman parte del convoy. Recordemos que en el proyecto SARTRE los coches se unen a un grupo de vehículos comandados por un vehículo nodriza, en las pruebas un camión, que es el que dirige toda la operación.
Cuando el coche se une al grupo, el vehículo nodriza toma el control del coche y le indica cuándo acelerar, cuándo desacelerar y cuándo girar. En sí, los mecanismos que emplea ya están en los coches de calle, están probados. Sin ir más lejos, he tenido la oportunidad de probar la combinación de un control de crucero adaptativo con un sistema de seguimiento de carril (en el Honda CR-V, no hace ni un mes) y aunque tenga demasiadas lagunas como para lanzarse tal y como está, lo cierto es que entre líneas se lee que esto ya está a punto de caramelo.
Es decir, que lo que queda por retocar es la comunicación entre vehículos y poco más. Las pruebas se han estado realizando por varias localizaciones, incluso en un lugar tan cotidiano para nosotros como es España. En las autopistas que rodean Barcelona, para ser más precisos, tal y como vemos en este vídeo. Se trata de un bruto (un vídeo sin locución, sólo con declaraciones) en el que vemos de primera mano cómo es eso de que el coche funcione él solito:

La conducción autónoma llegará

Son conceptos diferentes, desde luego. Google va con la idea del uso completo del automóvil autónomo, muy en la línea de la empresa de hacerlo todo vinculado a su tecnología. Volvo opta más por una solución útil para los desplazamientos monótonos. Ambos sistemas tienen sus inconvenientes, pero también sus ventajas.
Grosso modo, los inconvenientes de la conducción autónoma tienen que ver con los recelos que nos puede dar un coche que gira el volante él solito. Porque lo vemos. Cada vez que subimos a un avión volamos gracias a una infinidad de automatismos que requieren del buen hacer del piloto para momentos muy concretos. Sin embargo en el coche no lo acabamos de ver. Es una cuestión de actitud.
Un problema específico de la conducción autónoma según Google es que su producto, como todos los productos de su empresa, necesita de que todo funcione perfectamente integrado y sin fisuras. Falta por saber cómo se resuelven las situaciones críticas, porque las habrá. Y un problema específico de la conducción autónoma más avanzada tiene que ver con la fase mixta, esa en que el grueso del parque automovilístico todavía no se ha cambiado de bando y conviven ambas formas de entender la movilidad. Ahí puede haber un problema.
¿Por qué? Porque se evidenciará el problema que quiere mitigar la conducción autónoma: el factor humano. Esa es, en resumen, la ventaja de la conducción autónoma, una ventaja que llegará tarde o temprano para mejorar la seguridad vial. Si en el esquema actual tenemos que la siniestralidad vial halla su causa en el factor humano (conductor, peatón, etcétera) en un porcentaje que oscila entre el 70 y el 90 %, según las fuentes, la conducción autónoma eliminará buena parte de esa siniestralidad.
El coche de Google y los coches del proyecto SARTRE ni beben ni se drogan ni se distraen, no se cabrean ni se ponen eufóricos, no circulan con exceso de velocidad aunque lleguen tarde al trabajo ni se pirran especialmente por el riesgo. Esa es su mejor baza. Por eso, tarde o temprano, veremos (o nuestros nietos verán) coches autónomos circulando por unas carreteras que dejarán de tener ramos de flores en los arcenes.

Fuente: Revista Circula Seguro

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