viernes, 4 de octubre de 2013

¿CÓMO LLEVAR NIÑOS EN TRANSPORTE PUBLICO SIN ARRUINARSE? *

Posted: 04 Oct 2013 01:00 AM PDT
2854449412 ee014e6f24 z 520x519 ¿Cómo llevar niños en transporte público sin arruinarse?Imagen: Bill Ward’s Brickpile en Flickr
Si tienes hijos, habrás comprobado que los desplazamientos en transporte público no es barato. Y es que en muchos casos el precio del viaje simplemente se multiplica, ya que cada niño consume un viaje del metrobús o necesita su propio abono transportes, aunque no tengan edad para viajar solos. No es extraño que muchas familias tomen la decisión de comprar un coche cuando tienen su primer hijo, ya que comienza a salirles más rentable. Una familia con tres hijos gastará un metrobús completo en una tarde (más de 12 euros solo en transporte), y eso contando con que no tengan que utilizar varios medios de transporte.
A esto se añaden las dificultades de moverse en el transporte público con niños: aunque los autobuses de la EMT son accesibles, muchas estaciones de metro y cercanías aún no tienen ascensores que permitan ir con carritos, y si nos atenemos a la señalización del metro, no se pueden llevar ni en las escaleras mecánicas.

Sin billetes infantiles

En Metro y EMT los niños comienzan a pagar billete a partir de los cuatro años, mientras que en Cercanías la edad límite son los seis años. Desde entonces no hay ningún billete especial para ellos, salvo el abono joven, que solo resulta rentable a partir de una gran cantidad de viajes y además es unipersonal, lo que supone pagar varias cuotas mensuales a las familias con varios hijos.
En Barcelona por ejemplo existe la tarjeta T-12, que por un precio simbólico permite viajar gratuitamente en el transporte público a los niños menores de 13 años. Además de la T-12, existen otras ideas que podrían ayudar a que llevar niños en el transporte público no salga tan caro. Un metrobús especial para menores de cierta edad, que el reglamento del Consorcio permitiese que cada adulto que valide su abono pueda llevar a un niño con él sin pagar más, o unos abonos transporte distribuidos en la escuela con un gran porcentaje de descuento, al hacer la compra conjunta.
No se trata de iniciativas para paliar la crisis (que también), sino de dar facilidades a las familias para utilizar el transporte público en los desplazamientos y desincentivar que se compren un coche. Educar a los más pequeños en el uso del transporte sostenible debería ser una prioridad para la administración: les ayuda a conocer mejor su entorno y contribuye a cambiar el modelo de ciudad hacia una más habitable para todos, con usuarios fieles desde siempre.

* ecomovilidad.net

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