viernes, 22 de junio de 2012

Veinte meses y con casco ¿Quién me iba a decir que iba a ser tan fácil? *

Posted: 25 May 2012 10:35 AM PDT
Niño en bici
Desde hace algo más de veinte meses soy padre, y desde hace un par de ellos, hago más deporte del que hacía. Sí, algunos ya me habrán comprendido: me toca correr detrás de mi pequeño hijo que después de dominar el caminar, ahora ya cree que domina el trotar y el mundo se le queda pequeño.
Dicen que de tal palo tal astilla y, lógicamente, no he tardado mucho en adquirir una moto de esas de plástico pequeña y ruedas anchas para que practique su equilibrio y ejercite las piernas. Pero a la vez que la compraba, también hacía lo propio con un casco. ¿Qué por qué? Mejor sería preguntar, ¿y por qué no?
Si alguna vez habéis visto un niño de esta edad encima de una moto con esas características, habréis observado que aunque son capaces de encontrar el punto de equilibrio rápidamente, en cuando alcanzan un poco de velocidad suelen acabar dando con sus huesos contra el suelo. Y no hay nada que les guste más que las calles inclinadas… El problema es que aunque saben caer perfectamente cuando caminan (una de las cosas que más echo de menos es haber perdido la capacidad de sacar el culo para amortiguar la caída con él en vez de con la cara), sentados a horcajadas sobre la moto no lo pueden hacer, y lógicamente caen sin aparente control.
Niño en bici
Como a esa edad, su cabeza sigue algo desproporcionada respecto al cuerpo (sutil forma de llamar a los niños cabezones), y su cuello no tiene todavía una masa muscular a lo Fernando Alonso, estas caídas suelen acabar en muchos casos con la cabeza rozando peligrosamente el suelo. Y entonces, ¿por qué no evitar males mayores colocándole un casco?
Las primeras veces sólo le pondremos el casco, sin moto de por medio, a modo de juego, para que se acostumbre a él para luego, colocárselo una vez que está al lado de la moto. Los niños son como esponjas y muy rutinarios. Si consigues que se acostumbren a hacer las cosas en un orden, hasta ellos mismos serán capaces de recordártelo.
No hay más que ver el miércoles pasado, mi hijo cuando de tarde llegamos al parque y se colocó al lado de la moto. El sólo se quito la gorra y esperó a que le colocase adecuadamente el casco antes de subirse a la moto. Con esto me ha demostrado que, si alguna vez cuando tenga más edad no se lo pone, no será por olvido o descuido sino porque no lo ha querido hacer, y entonces actuaremos en consecuencia. Aunque tengo la esperanza de que ese día no llegue y al menos, cunda el ejemplo que tiene en casa.

*Fuente: Revista Circula Seguro

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