Posted: 14 Oct 2013 01:00 AM PDT
Seguimos con ‘La tercera oportunidad‘, este repaso que venimos realizando a la serie ‘La segunda oportunidad‘. Hoy nos encargamos de la conducción nocturna en ciudad, pero no tanto por los peligros que pueda entrañar la falta de visibilidad de la vía o el cansancio del conductor, sino a un nivel mucho más primario que tiene que ver con las actitudes frente a la conducción segura.
Así es. En el episodio de hoy no hay falta de pericia en el manejo del automóvil, sino falta de control en la figura del conductor. El ocio nocturno desemboca en prisas por llegar a casa, mezcladas con alcohol, exceso de confianza y falta de respeto por las normas de circulación más elementales. El resultado ya lo podemos imaginar…
¿Hemos cambiado mucho en estos años? Veamos…
En el aspecto de la conducción con alcoholemia, hay un punto del texto locutado que me parece brillante, y que podría aplicarse a la actualidad. Dice así: “No con una copa de más ni menos, con una copa“. Esa precisión responde a un antiguo eslogan de la DGT, que rezaba: “Conductor, siempre con una copa de menos”. Aún hoy, la creencia de que el alcohol es casi inocuo para la conducción permanece entre buena parte de los conductores. Por fortuna, en las generaciones más jóvenes se empieza a detectar un cambio de actitud en este terreno.
El exceso de confianza vinculado a la falta de circulación sigue siendo, hoy por hoy, uno de los principales riesgos de la conducción nocturna en ciudad. Lo mismo puede decirse del respeto por los límites de velocidad o por las señales de prioridad. La idea parece ser: “Como no viene nadie…”, cuando debería ser: “Por si acaso viene alguien…”, que es la base actitudinal de la conducción segura.
Como explica el mismo Paco Costas a cámara, esta entrega de ‘La segunda oportunidad’ no ofrecía mucho más misterio. Se trataba de poner en práctica lo que era obvio a finales de los 70 para el periodista. Hoy en día, sin embargo, deberíamos preguntarnos, en esta ‘La tercera oportunidad’, si no sería que Paco Costas sobrevaloraba el sentido común de los conductores de su tiempo.
En cualquier caso, los riesgos no han cambiado. Las actitudes, de aquella manera. En práctica ausencia de otros compañeros de ruta, conducir de noche en ciudad tiene siempre ese halo de que nuestro entorno se amolda a nuestra forma de tomarnos los desplazamientos. Si queremos, puede ser una experiencia altamente gratificante.
Fuente: Revista Circula Seguro
EN BOYACÁ: < observamoslaseguridadvial@gmail.com >
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