sábado, 30 de septiembre de 2017

PONER UNA FUENTE TAMBIÉN ES IDEOLOGÍA *

Nota del Director del Observatorio OMS. El texto ilustrado que aparece a continuación fue participado a este Observatorio por <Ecomovilidad.net Madrid>. Se publica con especial atención y con entusiasmo urbanístico con miras a que sea conocido y analizado objetivamente por dirigentes y organizaciones de las ciudades colombianas de TUNJA, Barranquilla, Bucaramanga y Medellín a las cuales nos unen lazos de afecto y gratitud especiales. Hugo Arias C. -Director.
 


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Estos días el Ayuntamiento de Madrid, dentro del programa de celebraciones de los 400 años de la Plaza Mayor, ha instalado césped natural en ella, en una instalación del artista SpY (en un caso más de iniciativa interesante que se lleva a cabo de manera temporal). Y eso nos ha permitido vivir algo que muchos nunca habíamos imaginado: que una plaza dura, en la que apenas no hay sitios para sentarse aparte de las terrazas, una plaza por la que es incómodo pasear y en la que no hay nada más que adoquines, se convierta en un lugar de disfrute. Sin tener que estar consumiendo, claro.
A veces se cree que el urbanismo más a nivel de calle no tiene ideología, pero yo pienso que sí. Y mucha. Cuando eliminas las fuentes o las dejas de mantener hasta que dejan de funcionar porque “quien quiera beber agua que se meta en un bar”, es ideología. Cuando la ciudad no tiene baños públicos por esa misma razón, es ideología. Cuando no hay bancos donde sentarse, y si necesitas descansar toda tu opción es estar en un lugar de pago, es ideología.
Cuando cualquier espacio abierto se concibe como un mero espacio de paso o de carpas comerciales y terrazas, es ideología.
Hay una ideología que considera que la calle es un espacio que aprovechar para hacer negocio. Bueno, ellos dirán “Crear empleo”, sabiendo que en el contexto en el que estamos la gente acepta cualquier cosa bajo la promesa de crear puestos de trabajo. Sea verdad o no. En definitiva, es una ideología que considera que un espacio donde la gente se relaciona, se sienta a leer el periódico o a mirar Twitter, hace su vida, descansa, bebe agua… es espacio desperdiciado porque no se está aprovechando para negocio.
Es esa ideología que te prohíbe tomar una cerveza sentado en un banco pero no tiene problema si lo haces a 1,5 metros de ese banco, sentado en una terraza. La ideología que considera que poner bancos, baños públicos, fuentes de agua… es tirar el dinero. Una ideología en que la calle es un lugar de paso, nunca de estancia.
La ideología hecha para gente que vive en un espacio cerrado y va a otro espacio cerrado y su interacción con la calle es desde su coche. Una ideología hecha, obviamente, para gente que tiene dinero para consumir permanentemente o un espacio propio (privado) donde pasar el tiempo. Es decir, una ideología que excluye a los más pobres, personas mayores, niños, adolescentes, gente con enfermedades crónicas que necesita un WC a mano. Porque, en definitiva, ser peatón es lo más democrático que existe: todos lo somos, sin importar edad, renta, ideología o condición física.
Pero tal vez esta ideología no es la única.
¿Y si no hubiese que sacar rendimiento al máximo a la calle? ¿y si simplemente por ser ciudadanos nos la mereciésemos? ¿Y si nos permitiésemos el lujo de que la calle fuese patrimonio de todos sin tener que pensar en cómo usarla para que alguien saque dinero? Qué locura, ¿no?
Los grandes triunfos de esta ideología han sido que hasta quien no tiene coche considere un “derecho” usar 12 metros cuadrados de espacio público para almacenar una máquina apagada de propiedad privada. O que nadie se cuestione que un bar haga una ampliación de facto de su local reduciendo el espacio de todos (y que lo haga para saltarse la ley antitabaco). Y sobre todo, que hasta la “izquierda radical” que nos gobierna en Madrid tema enfrentarse a esta ideología.
Imagen: Diario 20 Minutos

Fuente: "ecomovilidad.net Madrid" <madrid@ecomovilidad.net>
observamoslaseguridadvial@gmail.com

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