Todos exigimos que se nos respete el derecho a usar las vías públicas sin detenernos a pensar que el mismo derecho lo tienen los demás y que por tanto hay que cumplir un mínimo código de comportamiento ético. Paradójicamente, también se nos olvida que la vida es un deber de todos, y que por tanto no sólo debemos respatar la propia sino la ajena, y además cuidarla con el mayor de los esmero y opor sobre todas las cosas.
Todos exigimos que se nos respete el derecho a usar las vías públicas sin detenernos a pensar que el mismo derecho lo tienen los demás y que por tanto hay que cumplir un mínimo código de comportamiento ético. Paradójicamente, también se nos olvida que la vida es un deber de todos, y que por tanto no sólo debemos respatar la propia sino la ajena, y además cuidarla con el mayor de los esmero y opor sobre todas las cosas.
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