viernes, 14 de marzo de 2014

Cómo aumentar la vida del neumático*


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La vida del neumático es muy variable. Puede ir desde unos pocos cientos de kilómetros si hablamos de neumáticos de altas prestaciones que utilicemos en un circuito (con un coche de gran potencia), o pueden durar 90.000 km en ocasiones muy especiales y determinado tipo de neumático. Es complejo dar el dato de la vida media en kilómetros de un neumático de turismo sin especificar nada más, porque entran en juego una serie de factores que hacen imposible ser exactos, pero para un modelo estándar, una media razonable puede situarse en torno a los 35.000 a 45.000 km. No olvides que los neumáticos también tienen fecha de caducidad.
Si es tan difícil, ¿por qué me embarco en esta balsa que es tan fácil de naufragar? Porque la intención del artículo no es dar el dato de duración media de un neumático, sino poner de manifiesto que en muchos casos es posible alargar su vida simplemente siguiendo unas sencillas pautas. Veámoslo de este modo: supongamos que la vida máxima teórica de nuestros neumáticos es de 50.000 km, pero nosotros, fieles a ese modelo, “le hacemos” sistemáticamente 38.000-40.000 km. ¿Qué pasa con esos 12.000 km de menos que le hacemos? ¿De dónde los podemos sacar?

La presión ‘mata’ al neumático

Una forma de conseguir aumentar la vida del neumático es mantener siempre las presiones en el valor “nominal”. Llegados a este punto aclaro que alargar la vida de los neumáticos significa conseguir acercarse lo más posible a la duración “nominal”, de nuevo sale la palabra, de esos neumáticos. Que si en teoría llegan a los 50.000 que nos quedemos cerca, en el 95%, 96%, pero no a un que nos quedamos en el 75% u 80% de su capacidad, porque entonces estamos perdiendo dinero.
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¿Por qué la presión es uno de los peores enemigos de la duración de un neumático? Porque si no mantenemos la que dicta el fabricante se darán situaciones no óptimas: con baja presión el neumático será más “blando”, se calentará antes, ofrecerá menos superficie de contacto y se desgastará más por esos motivos (incluso se desgastará de forma irregular); además corremos el riesgo de que el neumático desllante y, si eso ocurre, las consecuencias pueden ser igual de malas que en el caso de un reventón. Si nos pasamos, si metemos más presión de inflado, tendremos menos superficie de contacto y perjudicaremos el agarre de los neumáticos, con el consiguiente riesgo.
¿Cuánto es una presión más baja? Podemos tener esta referencia: un neumático con un 20% menos de la presión recomendada dura un 20% menos. Es decir, que si nos deben durarn 50.000 km, nos van a durar 40.000 y hemos desperdiciado 10.000 km, simplemente por no llevar un mantenimiento correcto de los neumáticos. De hecho podemos afirmar que la presión de los neumáticos es la variable que más afecta a su durabilidad, con diferencia. Existen otros factores que afectan a los kilómetros de vida útil de los neumáticos, pero si piensas que el estilo de conducción es algo decisivo, te equivocas… en parte.
El estilo de conducción podemos decir que es cómo traza uno las curvas, si es más o menos brusco con el volante, si se procura siempre ir al límite de velocidad,… pero todo eso apenas afecta al rendimiento global del neumático. Lo que sí afecta de verdad es todo lo qe signifique frenar con brusquedad o acelerar con energía. Y si se da el caso de que las ruedas motrices patinen en aceleración, entonces apaga y vámonos. En esos casos el neumático nos lo “comemos” sin remedio, así que piénsatelo dos veces antes de seguir acelerando como si te fuese la vida en ello, o cuando esperas a frenar al último momento. Pero sobre todo, revisa tus presiones.
Foto | mueritz

*Fuente; Revista Circula Seguro

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