Seat Ronda
Seguimos adelante en este recorrido que venimos haciendo al aunar la
evolución de la Seguridad Vial con un repaso a nuestra Historia más
reciente, destacando una canción para cada época, y hoy vamos con los
duros años 80. Es un
momento social crítico en todo el
mundo que se vive a caballo entre los efectos de la crisis económica,
las reconversiones industriales y los últimos coletazos de la Guerra
Fría. Además, el siglo
XXI está ya a la vuelta de la esquina, aunque el futuro no parece prometedor.
En España estamos viviendo un momento de cambio propiciado por la
recién nacida democracia, y los jóvenes toman el control de la libertad de expresión a través de ese movimiento contracultural que se bautiza como
Movida Madrileña.
De ella saldrán muchos artistas oscuros que hoy denominaríamos
antisistema y que cantan a su momento histórico con rebeldía y con
pesimismo, haciendo de la actuación en directo todo un espectáculo que
merece ser contemplado.
En otros escenarios, recogiendo la herencia del rock de los 70, destaca
Miguel Ríos con sus multitudinarias convocatorias. De aquella época vale la pena destacar el
Rock and Ríos,
un espectáculo insólito hasta el momento del que se editó un álbum
grabado en el antiguo Pabellón de Deportes del Real Madrid en 1982. Con
las canciones ‘El sueño espacial’ y ‘Año 2000’ enlazadas a modo de
medley, el rockero granadino trazaba una
brillante crónica de su tiempo que resultó ser profética:
La década más difícil de la Seguridad Vial en España
La legislación sigue anclada en el
Código de la Circulación de 1934.
Hasta 1989 no se promulgará una Ley de Bases sobre Tráfico, Circulación
de Vehículos a Motor y Seguridad Vial que dará lugar, ya en la década
siguiente, a los actuales reglamentos: el de la Circulación, el de
Conductores, el de Vehículos y el del Procedimiento Sancionador.
Sobre aquel vetusto pliego de leyes de antes de la guerra, en 1981
se modifican un total de 50 artículos para adaptarlos a la normativa
internacional, se incorpora un nuevo concepto: la
alcoholemia, con un límite legal de 0,8 g/l en sangre, se hace obligatorio el
uso del casco salvo para conducir por ciudad motos de cilindrada inferior a 125 cm
3 y se establecen unos límites de velocidad muy similares a los actuales, según los cuales sin embargo
la velocidad máxima en ciudad será de 60 km/h.
Para los infractores se prevén multas de 5.000 a 20.000 pesetas por
conducir de forma temeraria o negligente; de 2.000 a 15.000 pesetas por
sobrepasar la velocidad máxima permitida; 2.000 pesetas por no utilizar
el casco al circular en motocicleta, y 15.000 pesetas por conducir sin
el debido permiso.
En lo social,
estamos a un paso del futuro y la
vida se mide en términos de fascinación sobre lo que está por llegar. Es
una década de transición dividida en dos partes, y eso se refleja en el
paisaje automovilístico y también en la publicidad, donde conviven
coches que miran hacia el pasado mientras hablan del futuro con apuestas
verdaderamente innovadoras, incluso a la hora de plantear el ahorro
energético a rebufo de la crisis del petróleo de 1973, cuyas
consecuencias azotan la economía mundial:
¿Y la seguridad de los coches? ¿Están a la altura de ese futuro que
está a punto de llegar? En estas pruebas que vemos a continuación,
practicadas en
1980 por la
NHTSA sobre un
Renault 5 se observa que este vehículo hereda aún algunos problemas del
pasado, aunque ya no encontramos aquellos desastres que vimos en los
crash test de los años 60.
Se mire como se mire,
la efectividad de algunos sistemas de seguridad pasiva necesita mejorar.
Por ejemplo, la carrocería aún no permite que en un impacto se abra
alguna de las puertas con facilidad, lo que convierte a los coches
siniestrados en una trampa mortal. Además, el cinturón no protege de
forma suficiente y la ausencia del reposacabezas sigue siendo un
problema crucial para la seguridad de los ocupantes del vehículo en un
simple impacto por alcance:
A medida que transcurre la década, aumenta el número de automóviles
que circulan por nuestras vías, y sin que se hayan generalizado grandes
avances de seguridad en vehículos, carreteras o conductores,
se disparan de forma dramática las estadísticas de siniestralidad.
En la elaboración de las estadísticas todavía se emplean sólo las
cifras de fallecidos a las 24 horas de haberse producido el siniestro, y
aun así la tendencia que se observa durante este periodo en el resumen
histórico de la
DGT es impactante:
Es durante este periodo que
la mortalidad vial alcanza su punto máximo en la Historia de España. Los esfuerzos de los cinco directores que tendrá la
DGT
durante la década se centran en las campañas de concienciación de los
conductores a través de anuncios en radio, prensa y televisión. De esta
época es el ‘
Si bebes no conduzcas‘
de Stevie Wonder, que a partir de 1986 dejará su huella en el
imaginario colectivo, la primera vez en mucho tiempo que se lanza una
campaña de este calado:
Tres años más tarde tomará el relevo una ardilla cuyo eslogan será:
“Te lo dice un amigo”
a la vez que va dando consejos generales de actitudes al volante. Más
allá de los años 80, la seguridad vial entrará por la puerta grande con
el desarrollo de las tecnologías más modernas y con una serie de
campañas de concienciación enmarcadas en una línea mucho más dura… y
controvertida.
Renault Supercinco, el futuro está aquí
Se hace difícil el reto de elegir un coche representativo de la época, porque los 80 abrieron la puerta a un
amplísimo abanico de modelos
que se sumaron al respiro contenido que recorría la España de la época.
Por glosar algunos modelos inolvidables, podemos hablar de la llegada
de los Talbot Solara, Samba y Horizon, el Ford Escort, el Ford Orion, el
Citroën Visa y el Citroën
LNA.
Y podemos recordar asimismo los Seat Ronda y Málaga con sus corazones
System Porsche; y los Renault 9, 11, 18, 19, 21; los Citroën BX y AX, el Peugeot 205…
La lista sería interminable.
Es en esa época cuando nacen también modelos que aun hoy están entre
nosotros tras pasar por varias generaciones como el Opel Corsa o el Seat
Ibiza. De esos relevos generacionales destacamos hoy el del Renault 5,
que pasó a ser Supercinco para convertirse, ya en los 90, en el Renault
Clio.
El
Renault Supercinco llegó en mitad de la década
como una apuesta de futuro, como todo lo que sucedió en aquellos años en
los que vivíamos obsesionados con la inminente llegada del año 2000 y
el siglo
XXI. El Supercinco estaba llamado a ser el relevo
para el exitoso Renault 5, todo un icono de una época que comenzaba a
quedar atrás. El encargo fue claro: debía recordar al que fuera Coche
del Año en 1973 pero no debía tomar nada prestado de él.
Y así fue como
el Renault Supercinco nació en 1985 con
formas redondeadas incluso en los cristales, ganando espacio interior sin que se notase en el exterior. Fue de esta manera como se le dotó de
motor transversal y como se le incorporó una motorización
diésel. De este modo el Supercinco llegó y triunfó, aunque nunca pudo acabar con el recuerdo que había dejado su predecesor.
Del Renault Supercinco nació una variante que lo superó en
popularidad, y que prácticamente todos recordamos haber visto en las
calles de nuestros pueblos y ciudades, aun hoy: la
Renault Express, un pequeño vehículo comercial ligero – lo que nosotros en la calle siempre habíamos llamado
furgoneta – que comenzó a fabricarse en 1985 y cuya producción se extendió hasta el año 2000.
El Renault Supercinco no tuvo una vida tan larga en las cuatro
factorías que lo sacaron adelante: la central de Boulogne-Billancourt,
la fábrica de Palencia, la planta de Novo Mesto, en la actual Eslovenia,
y la planta de Mariara, en Venezuela.
La última unidad salió en 1996. El futuro que tanto esperábamos había llegado y con él, la hora de renovarse o morir.
Renault Supercinco C (C-400) |
Motor | C1C-700 atmosférico gasolina |
Cilindrada | 956 cm3 |
Potencia | 42 CV a 5.750 rpm |
Par motor | 62,76 Nm a 2.500 rpm |
Dimensiones neumáticos | 145/70 SR 13” |
Renault Supercinco C-TL (B/C-401) |
Motor | C1E-750 atmosférico gasolina |
Cilindrada | 1.108 cm3 |
Potencia | 48 CV a 5.250 rpm |
Par motor | 78,46 Nm a 2.500 rpm |
Dimensiones neumáticos | 145/70 SR 13” ó 155/70 SR 13’ (v. TL) |
Renault Supercinco TL-GTL (B/C-40F) |
Motor | C1G-702 atmosférico gasolina |
Cilindrada | 1.237 cm3 |
Potencia | 55 CV a 5.250 rpm |
Par motor | 89,24 Nm a 2.750 rpm |
Dimensiones neumáticos | 155/70 SR 13” |
Renault Supercinco GTD (B/C-404) |
Motor | F8M-730 inyección de gasóleo |
Cilindrada | 1.595 cm3 |
Potencia | 55 CV a 4.800 rpm |
Par motor | 101,99 Nm a 2.250 rpm |
Dimensiones neumáticos | 155/70 SR 13” |
Renault Supercinco GTL (B/C-402) |
Motor | C1J-768 atmosférico gasolina |
Cilindrada | 1.397 cm3 |
Potencia | 60 CV a 5.250 rpm |
Par motor | 101,99 Nm a 2.500 rpm |
Dimensiones neumáticos | 155/70 SR 13” |
Renault Supercinco GTS (B/C-403) |
Motor | C2J-780 (1985-1987) C2J-798 (1988 > ) atmosférico gasolina |
Cilindrada | 1.397 cm3 |
Potencia | 72 CV a 5.750 rpm |
Par motor | 103,95 Nm a 4.000 rpm |
Dimensiones neumáticos | 165/65 SR 13” |
Renault Supercinco GTX (B/C-40G) |
Motor | F2N-740 atmosférico gasolina |
Cilindrada | 1.721 cm3 |
Potencia | 90 CV a 5.500 rpm |
Par motor | 135,34 Nm a 3.500 rpm |
Dimensiones neumáticos | 165/65 TR 13” |
Renault Supercinco GT Turbo (C-405) |
Motor | C1J-782 (1985-1987) C1J-788 (1988 > ) sobrealimentado gasolina (turbo) |
Cilindrada | 1.397 cm3 |
Diámetro por carrera | 76 × 77 mm |
|
Potencia | 117-120 CV a 5.750 rpm |
Par motor | 164,76 Nm a 3.750 rpm |
Dimensiones neumáticos | 175/60 o 195/55 HR 13” | *Fuente: Revista Circual Seguro |