domingo, 3 de febrero de 2013

Obesidad y siniestros de tráfico, ¿el huevo o la gallina?*



Las personas con obesidad tienen mayor probabilidad de morir en un siniestro vial que el resto, según el estudio ‘Driver obesity and the risk of fatal injury during traffic collisions‘. Firmado por Thomas M Rice y Motao Zhu, de la Universidad de Berkeley, y publicado en el British Medical Journal, el estudio corrobora lo que hace unos años explicó Jeff Crandall, profesor de Biomecánica en la Universidad de Virginia, al alertar sobre el problema de los conductores con obesidad, a la vez que abre un interesante debate en torno a la seguridad vial de los ocupantes del vehículo.
Los autores consideran que los fabricantes de automóviles deberían adaptar sus vehículos a las formas de los ocupantes obesos, y esto se puede leer como la historia del huevo o la gallina. ¿Es preferible pedir una sociedad que no evolucione hacia la obesidad o bien es más realista adaptar los vehículos para que sean protejan a todos sus ocupantes?
El estudio se basa en 57.491 siniestros viales registrados entre 1996 y 2008 en el Fatality Analysis Reporting System de la NHTSA. Para establecer conclusiones, se analizaron colisiones entre dos vehículos similares donde ambos conductores eran los únicos ocupantes y fallecieron a consecuencia del choque. De ellos, se seleccionaron 3.403 pares de conductores de quienes se conocían los datos de edad, masa corporal, uso de cinturón de seguridad y activación del airbag.
Una vez ponderados los datos, con un universo de conductores en el que el 46 % tenían una masa normal, un 33 % tenía sobrepeso y un 18 % eran obesos, se estableció un ratio de riesgo estimado para cada franja de índices de masa corporal (IMC, que se calcula dividiendo la masa de la persona entre la estatura al cuadrado) donde el ratio de riesgo 1 sería el de los conductores con un IMC normal, que es de 18,50 a 24,99 según los estándares fijados por la Organización Mundial de la Salud:
ClasificaciónIMCRatio de riesgo
Bajo peso< 18,51,19
Normal18,50 – 24,991,00
Obeso Tipo I30,00 – 34,991,21
Obeso Tipo II35,00 – 39,991,51
Obeso Tipo III≥40,001,80
Si bien los conductores con bajo peso tienen una probabilidad de mortalidad un 19 % mayor que los conductores con un IMC normal, a medida que aumenta la masa corporal esa probabilidad se incrementa hasta el 21 %, el 51 % o el 80 % más, dependiendo de si hablamos de personas con obesidad de tipos I, II o III, respectivamente.
Por otra parte, el estudio revela que a una buena parte de las víctimas mortales obesas no les sirvió llevar puesto el cinturón de seguridad, ya que el exceso de grasa acumulada en la zona pélvica dificultó el correcto funcionamiento de este dispositivo de seguridad pasiva. En esos casos, el mal ajuste del cinturón produjo efecto submarino, de manera que las víctimas se precipitaron hacia adelante por la parte inferior del cuerpo, que no quedó convenientemente sujeta.

Adaptar los criterios a la realidad que tenemos

Dummies para crash tests
Hace ya tiempo que los dummies que se usan para las pruebas de choque de los vehículos se presentan en diferentes tallas, intentando imitar, cada vez de forma más lograda, a los ocupantes humanos que utilizan los coches. Junto al dummy que mide 1,75 m de estatura y 77 kg de masa se usa ya un dummy de 1,88 m de estatura y 100 kg de masa con un percentil 95; es decir, que sólo un 5% de la población lo supera en esas características.
Los tiempos cambian, y los instrumentos de medición, también. Alguien dirá que lo que hay que hacer es procurar que nuestra sociedad deje de sobrealimentarse y, por encima de todo, que las personas dejemos de ingerir grasas y carbohidratos que no quemamos con nuestra actividad diaria. Es un punto de vista al que difícilmente se le puede rebatir nada, sobre todo si echamos la vista hacia Estados Unidos, donde el problema de la obesidad es ya acuciante, con un tercio de la población obesa.
Volviendo al terreno de la seguridad vial, sin embargo, no podemos obviar que los dispositivos de seguridad pasiva de los vehículos deben adaptarse, por fuerza, a este cambio social para seguir siendo eficaces, con independencia de cuál sea el estado de salud de los ocupantes. Y en el interior de un vehículo, todo se calcula para proteger al ocupante en caso de colisión.
Así, cada vez los reglajes de asientos, respaldos, reposacabezas, cinturones de seguridad y volantes son más complejos, presentan más posiciones de ajuste, para poder dar cabida a un mayor número de personas dispares. Sin embargo, el estudio reclama que estos ajustes sean más personalizables todavía. Hay que tener en cuenta, de todas formas, que los casos estudiados arrancan en 1996. En los últimos años, los vehículos han ido ganando en este campo. Con todo, de nada sirve esta evolución si como usuarios del vehículo no nos ajustamos correctamente todos los elementos de protección.

* Fuente: Revista Circula Seguro

< observamoslaseguridadvial@gmail.com >

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