Toma fotográfica bajada de Internet.Esta ilustración, con todas sus variables y aspectos urbanísticos, es replicada en las vías urbanas de las ciudades boyacenses. Todo parece apuntar al incremento del caos en la movilidad urbana y al incremento de riesgos de accidentalidad tanto peatonal como vehicular. La invasión o uso indebido del espacio público parece incontrolable; el tránsito desafía todas los normas y en él, como en otros elementos de la vida urbana boyacense, se impone, con mucha frecuencia, una práctica "ley de la selva". Los ciudadanos perciben el funcionamiento del tránsito vehicular como algo ya degradado y de imposible ordenamiento, debido a consolidados intereses particulares que han explotado y explotan, a su manera, el negocio del transporte público en nuestras ciudades que son relativasmente pequeñas. Sin embargo y por muchas fortalezas pertinentes y consolidadas (pero desestimadas oficialmente), Boyacá está llamado a ser departamento piloto en aspectos de movilidad y seguridad, con el concurso insustituible de todos los ciudadanos.
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